Repartidores soportan largas jornadas y se exponen a riesgos por un ingreso
SOCIEDAD. Muchos jóvenes, incluso profesionales, han optado por este trabajo en la pandemia.
Durante los últimos tres años José Antonio Silva (31) trabajó como guardia de seguridad en un comercio local. Debido a la emergencia sanitaria su fuente laboral tuvo que cerrar y con ello se quedó sin empleo, pero con cuentas y deudas que pagar.
Al verse sin trabajo su primera opción fue recurrir al seguro de cesantía, con lo que logró soportar los dos primeros meses. Durante el periodo que estuvo desempleado tampoco pudo conseguir que lo contrataran nuevamente como vigilante, ya que asegura que "en ningún lado están recibiendo gente".
Frente a esa situación, José tomó la decisión de asociarse a una de las aplicaciones de delivery a domicilio que operan en la ciudad y por esa vía generar ingresos. El ahora repartidor cuenta que trabaja de lunes a sábado haciendo entregas en su bicicleta, con turnos de 10 horas diarias y recorriendo largas distancias, todo con el fin de reunir el dinero necesario para sus gastos básicos.
"El trabajo en el que estaba cerró hasta que termine la cuarentena y me tocó generar ingresos porque no podía quedarme parado, tengo que pagar arriendo, teléfono y comprar comida, por lo que me vi obligado a trabajar de repartidor, que es lo más accesible que hay ahora", comentó Silva.
El trabajador señala que semanalmente llega a reunir entre 80 y 100 mil pesos, dependiendo del número de repartos que logre concretar.
Explica que durante su jornada laboral solo se detiene 20 minutos para comer algo en plena calle, para luego continúa todo el día trasladándose de un punto a otro haciendo todo tipo de entregas.
"Es un trabajo sacrificado, pero es lo que hay por el momento. A veces es un poco peligroso porque estás expuesto a los autos o a que te asalten en las noches", aseguró.
Ante la pérdida de puestos de trabajo producto de la crisis sanitaria, tanto en la región como en el país, cada vez más gente, incluso personas con título profesional, opta por asociarse a una de las aplicaciones de delivery con el objetivo de generar ingresos extras.
Complemento
José Valdebenito, 26 años, es ingeniero en sonido y hace tres meses trabaja como repartidor. Este joven trabajador relata que durante 5 años ejerció su profesión en diversas empresas, hasta que los efectos económicos de la pandemia lo dejaron sin un empleo formal.
Por el momento José se las rebusca realizando desde su casa trabajos esporádicos relacionados con lo que estudió, lo que ahora también complementa con su rol como repartidor de aplicación.
"Ha sido una experiencia bastante dura, sobre todo en bicicleta por las distancias que hay que recorrer. Lo bueno es que este trabajo me permite dedicar tiempo a otros proyectos como ingeniero en sonido. Por lo mismo lo veo más como un complemento para generar ingresos extras", declaró.
En su caso, asegura que semanalmente gana entre 120 y 180 mil pesos como repartidor.
"Al igual que yo, son muchas las personas con un título profesional que se vieron en la necesidad de trabajar como repartidores. Por el momento es la forma más fácil ganar dinero, ya que, entre comillas, te da la posibilidad de ser tu propio jefe", enfatizó.
Maicol Castillo, de 25 años, también es parte del contingente de repartidores que se mueven por la ciudad.
Hasta antes de la pandemia este joven se desempeñaba como limpiador de edificios en altura, trabajo del que fue cancelado en mayo pasado.
A diferencia de los ejemplos anteriores, este repartidor cuenta con una moto tipo scooter para realizar las entregas. Esto -asegura- le permite optimizar sus tiempos para obtener mayores ingresos.
Sin embargo, Castillo agrega que igualmente está expuesto a los mismos los peligros que el resto de sus colegas.
"Siempre está el riesgo que te pase algo o te roben tu herramienta de trabajo. Hay sectores de la ciudad donde sabes que te pueden asaltar y que es mejor evitar", comentó.
El trabajador afirma que en los últimos meses se ha evidenciado un aumento en el número de repartidores gatillado por la cesantía. "Por ahora estoy de repartidor, pero si se llega a terminar la pandemia, lo ideal sería volver a mi trabajo", enfatizó.
Dentro de los problemas que manifiestan tener los repartidores para desempeñar su trabajo actualmente, está el hecho de no contar con un seguro de accidentes, el que muchas veces deben contratar ellos mismo para encarar los riesgos del oficio.