Más ataques informáticos
Nuestro país se ubica en el tercer lugar en Latinoamérica y es número 10 del mundo entre los que más sufren ataques por ransomware. La segunda amenaza recurrente en Chile es el phishing o robo de información personal, como contraseñas o datos de tarjetas de crédito, que perjudica en especial al comercio.
Los ataques informáticos sufridos recientemente por BancoEstado no son una excepción, sino una realidad recurrente, propia del mundo que vivimos, donde el grueso de los montos y recursos financieros se mueven en estas esferas.
Parece obvio, pero hoy la mayoría de los delitos se desarrollan vía computadores y no en asaltos concretos sobre los inmuebles de las instituciones financieras o trenes, tal como ocurría hasta hace algunas décadas.
Otro dato interesante es que buena parte de las bandas son organizaciones criminales internacionales que pueden operar desde cualquier parte del globo, lo que complica la defensa.
Chile se ubica en el quinto lugar de los países latinoamericanos más propensos a los ciberdelitos, según un informe dado a conocer por la empresa de seguridad Symantec.
Desde hace tiempo existe preocupación por las falencias en la seguridad de los datos bancarios y comerciales. Se recordará que a fines de mayo del año pasado, el Banco de Chile sufrió el ataque de un virus informático perpetrado desde Europa o desde Asia, que finalmente tuvo como objetivo el robo de un monto cercano a 10 millones de dólares desde sus arcas. En la oportunidad, las autoridades de gobierno plantearon que se debían adoptar medidas adicionales para que no sólo haya un ambiente más seguro, sino que además los usuarios reciban el mensaje de que la banca está preocupada del tema y de la seguridad en las operaciones.
Es cierto que los expertos han indicado que ha habido un significativo aumento de este tipo de ataques no sólo en Chile, sino que a nivel mundial, provocados por bandas con conocimientos cada vez más sofisticados sobre vulnerabilidades, lo que obliga a tener una actitud proactiva y continua en cuanto a la protección de datos para mitigar los riesgos.
Hay aspectos que tienen que ver con desarrollos de las propias empresas, pero también de los gobiernos y en esta materia la deuda es enorme, en el cuidado de los fondos, pero también de sus datos y de la propia seguridad de la sociedad y el Estado. Es decir, es un asunto harto más delicado que el hurto de dinero.