La parábola de los talentos
"Cuando pensamos en el gobierno regional todos imaginamos grandes obras de avance para la región".
Sea usted creyente o no, coincidirá conmigo en que la Biblia tiene enseñanzas que son muy interesantes de conocer y analizar. Particularmente la "Parábola de los talentos" entrega una explicación muy interesante de lo importante que es saber administrar lo que se tiene. Si lo llevamos a la política calza perfecto en razón a lo que estamos viviendo en nuestra región y su paupérrimo gasto presupuestal.
La enseñanza fundamental de la parábola es clara: Dios (la gente) confía sus dones o talentos (confianza) a los hombres con la obligación de que los desarrollen y esperan una respuesta exitosa. Sin embargo, la improductividad por exceso de precaución, pereza o simple omisión consciente es duramente castigada con el despojo de lo antes otorgado.
Digamos que nuestra región tiene 83 mil millones de talentos y obviamente, todos esperamos que se utilicen de buena manera para tener una mejor calidad de vida. Lamentablemente la manera en que se están gestionando esos recursos es una de las peores del país. Como bien lo consignó en su nota el periodista Alejandro Ahumada en el Mercurio hace algunos días, nuestra región exhibe números de ejecución que le otorgan el triste título de ser la peor de los últimos 15 años.
Si bien el gobernador Ricardo Díaz durante la semana se ha esforzado en bajarle el perfil a este escenario tratando de explicar la situación o anunciando gastos en los próximos meses, lo cierto es que los números están ahí y están lejos de lo que la ciudadanía esperaba. Cuando pensamos en el gobierno regional todos imaginamos grandes obras de avance para la región. Comprar paneles solares es importante, pero está lejos de ser una gran obra. Suponemos que en los terrenos que se pretenden comprar ya tienen proyectos aprobados para vivienda y la construcción comenzará en los próximos días. Si no, será solo un la gasto a la rápida, lejos de una buena inversión.
En rigor no sólo es responsabilidad de Ricardo Díaz y su equipo cercano. Los municipios en la región están al debe hace años en la entrega de iniciativas que tengan real valor social y presenten una visión más allá de la duración de los diferentes periodos alcaldicios. Como por ejemplo la capital regional que ha destacado por una ausencia de obras a considerar. Es justamente en estas instancias que se necesita una gobernación que guíe y colaboré el proceso siempre teniendo presente el bien superiores de la región y sus habitantes.
Más allá del dinero ejecutado y la urgente necesidad de generar actividad económica para nuestras comunas Ricardo Díaz y su equipo son responsables de un intangible más importante... La confianza.
Recordemos, cuando hace años muchos estuvimos de acuerdo en que el administrador de la región debía ser elegido y que eso podría ayudar a mejorar nuestra calidad de vida entregando verdadera autonomía a las regiones para decidir sobre su futuro. Lamentablemente y más allá de Ricardo Díaz el primer año nos dice que la peor ejecución de presupuesto la tiene un gobernador legítimamente electo en la urna. No significa que siempre será así confiamos en que el equipo de la gobernación revierta estos números los próximos años. Sin embargo, el precedente es malo y a ojos de la ciudadanía las nuevas instituciones creadas no terminan de validarse (justificarse) como realmente importantes.
Osvaldo Villalobos Corante
Analista político