Cinta muestra el devenir y la tragedia de Cousteau en el mar
DOCUMENTAL. A casi 30 años de Cumbre de la Tierra, aún quedan imágenes inéditas.
La alerta por el medioambiente emitida en los años 70 por el explorador francés Jacques-Yves Cousteau en sus documentales, volvió ayer a la gran pantalla con el estreno en la Fiesta del Cine de Roma de la película "Becoming Cousteau".
Las grabaciones de Cousteau, a mediados del siglo pasado, removieron las conciencias de millones de personas que se asomaban por primera vez al fondo marino y lo convirtieron en los últimos años de su vida en el "Capitán Planeta", como recuerda el documental de la cineasta estadounidense Liz Garbus, que compite en la selección oficial del festival y se estrenará el próximo viernes en Estados Unidos.
Luego, la celebración de la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992, con la presencia de 170 líderes mundiales, y la firma del Protocolo de Protección Ambiental del Tratado Antártico, cuya renovación está prevista para 2048, fueron los mayores logros de Cousteau (1910-1997) en la tutela del medioambiente.
Perder a un hijo
En 1979, tras la muerte de su hijo Philippe en un accidente aéreo, Cousteau se volvió más huraño y pesimista con el futuro, y decidió dedicarse hasta el final de sus días a concienciar sobre el cuidado de los océanos que conoció a bordo del barco Calypso.
En su juventud, llegó incluso a pensar en habitarlos y repetía que algún día los hombres vivirían bajo el agua.
Pero, con el paso de los años, el padre de la exploración submarina fue más consciente de que la urgencia del mar no era batir récords de inmersión o pasar semanas en el fondo marino, sino su conservación.
"La mentalidad ha cambiado", admitió en una entrevista, en la que mostró su rechazo a una escena en la que cazaban y mataban a golpes a un tiburón en su película "El mundo del silencio", que le valió la Palma de Oro del Festival de Cannes y el Oscar a mejor documental en 1956.
Espectáculo y ciencia
El espectáculo y la divulgación científica, una ventana submarina abierta en millones de casas de todo el mundo gracias a sus películas y series documentales, dieron paso al activismo, plasmado también en la fundación en 1973 de la Cousteau Society para la conservación de los océanos.
La cadena estadounidense ABC, propietaria de los documentales, penalizó este cambio con la suspensión de las emisiones, como recoge "Becoming Cousteau" a través de imágenes de un gran archivo, nutrido de la pasión del francés por el mundo audiovisual, y de testimonios de familiares suyos y de sus compañeros de expediciones.
"Il faut aller voir (hay que ir)", repetía una y otra vez el explorador del mítico gorro rojo en su convicción de que era necesario ver para después contar, siempre con una cámara en las manos. Él mismo cubrió la suya para poder sumergirla y filmar todo lo que veía bajo el mar.
Explorador, oficial naval, investigador, cineasta, inventor. Cousteau fue un personaje difícil de clasificar que legó también otras creaciones como el aqua-lung, el primer equipo de buceo a circuito abierto, es decir, sin necesidad de usar escafandra.
"Soy optimista porque tengo mucha fe en los seres humanos", dijo en uno de sus últimos discursos, décadas antes de que la emergencia climática estuviera en el centro de todas las agendas.