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Mayol también plantea que sabemos poco de los chilenos y del país, porque invertimos poco en estas materias que debieran estar en el centro para la mejor disposición de debate y políticas públicas, entre otras.
"No usamos el conocimiento existente para comprender nuestra realidad con suficiente ahínco. Y los académicos, en la comunidad dominante, no son un aporte. Me da vergüenza ajena ver lo que hacen grandes centros de investigación con enormes recursos y sin tener siquiera una sola hipótesis para avanzar en sus investigaciones".
Otra cosa, algo más compleja es el deterioro del tejido social y lo dividida y compartimentada de nuestra sociedad... Hay poquísimo espacios de encuentro ciudadano y, por tanto, escasa construcción de comunidad... ¿Es tan relevante eso?
- La destrucción del tejido social es destrucción de un capital social, es decir, es una sociedad que se queda sin recursos para su desarrollo. Es así de grave. Es como tener un accidente y perder habilidades cognitivas o tener que vender la casa para pagar un hospital. Insisto, es así de grave.
Por otro lado, explosiones de este tipo han ocurrido muchas en el mundo en los años recientes. ¿Hay algo distinto en el caso chileno?
- El caso chileno es el mejor resumen de todo lo que ha pasado en el resto del mundo. 2011 y 2019 son los dos años más intensos de movilización y protestas en el mundo después de 1989 (caída del socialismo) y de 1968 (mayo francés y crisis general). Es decir, son años cruciales. Y en esos años Chile es el más disruptivo y por un tiempo más extenso. Somos el caso emblemático de un problema. Pasamos de milagro al caso más intenso de crisis social. Reunimos más intensamente los males que en otros lados se expresan. Es como para tomarlo en serio.
Sí llama la atención que aparezcan, a nivel global, otras cosas que podrían ser mejor leídas, quizás, desde la filosofía, como la pérdida de sentido de la vida, un consumo exacerbado, cierto extravío por el derrumbe de las ideologías, entre otras. ¿Cuál es tu reflexión?
- La predicción sobre la sociedad contemporánea convertida en una sociedad donde las formas instrumentales destruyen el lazo social y dejan a la ciudadanía en una condición de pérdida de libertad y de sentido es una profecía hecha por la sociología de manera explícita en 1905 por Max Weber y que tiene antecedentes en décadas anteriores a esa fecha. La tesis del debilitamiento de la política en la medida en que el dinero fuera una fuerza más importante en la sociedad es parte de las reflexiones de hace 2500 años hechas por Aristóteles. Por supuesto, podrían haberse equivocado. Podría haber ocurrido que la ilusión liberal de una sociedad plena económicamente y en sentido fuese posible de construir, defendiendo al mismo tiempo los intereses propios y la construcción colectiva del mundo. Pero eso no ocurrió. Hoy todas esas miradas de la filosofía están entregando orientaciones esenciales para comprender nuestra época y su subjetividad, muy enferma. Vale la pena hacer interactuar esas reflexiones con los datos de desigualdad, de aumento de suicidios, de agobio, en fin. Se trata de ganar en claridad sobre la sociedad que vivimos. En mi visión hay un esfuerzo de llegar a la filosofía desde la empiria. La comprensión de la realidad me permite ir avanzando en sumar conceptos importantes a la ecuación. No he terminado. El malestar es un fenómeno enorme. El año 2019 logré sumar el concepto de reciprocidad como parte de la herida. Lo tenía de candidato por al menos seis años. Para mí ya está dentro de la ecuación. Pero sigo.
Labor presidencial
El escritor enfatiza que lo que dijo fue una cosa distinta a la de sus colegas.
"El diferencial de mi observación fue señalar que las formas específicas de la disfuncionalidad del modelo económico y político chileno estaban generando, al mismo tiempo que sus fallos, un déficit de legitimidad. Y que ese déficit era tan importante que se produciría un colapso del orden vigente. ¿Por qué pude verlo? Porque trabajé por muchos años 15 horas diarias en eso y porque vengo de la teoría social, por lo que la empiria es situada dentro de un marco interpretativo, dentro de conceptos, lo que permite sacar conclusiones de mayor profundidad. Y por qué gasté mucho dinero en saber cada cosa que necesitaba. Y finalmente porque tuve suerte. Porque mil veces uno está a punto de tener la razón y al final no ocurre un hecho que lo certifique. Aquí ocurrió. Por el lado de algunos colegas hay algo más allá de lo metodológico. Hay intereses. En Chile el dinero de investigación lo da casi todo el Estado o grandes empresas. Y el Estado en Chile es básicamente el gobierno. Qué más puedo decir. No hay conveniencia inocente".
¿Cuán responsable es el gobierno en la gestión y magnitud de la crisis, en el hecho que se extendiera por meses? Tanto que en realidad, el fenómeno sigue latente...
- El gobierno es un acelerador de partículas. A veces produce fisión y en otras ocasiones fusión. Al final del camino, siempre explota. Piñera, por lo que significa y por lo que es, sólo sabe producir disrupción. Carece de toda capacidad litúrgica, de toda capacidad de canalizar y organizar. Es un anarquista que no se ha enterado de que lo es. Para colmo, cree que ceder en política es menos importante que ceder en economía. Esto llega a ser ridículo. Cualquier miembro de elites dirigentes en el mundo que quiere defender el poder de su elite habría entregado mucho dinero en 2019 y no la Constitución. Pero lo hizo. No resolvió la crisis con ello, porque era social y había que aumentar gasto; pero además la amplificó insertando variables políticas y entregando la base orgánica del poder de su propia elite, la Constitución. Estoy explicando algo que si la derecha chilena fuera inteligente implicaría que tendrían que considerar a Piñera el peor administrador de su poder en la historia (y a Lagos uno de los mejores). Y para colmo, al final del camino, tuvo que entregar la friolera de US$20 mil millones en fondos de las AFP, en plata contante y sonante, sin diseño de política pública; todo porque no quiso entregar US$15 mil millones en el marco de un diseño. Y capaz que tenga que entregar otros US$20 mil millones.
Y si es así, en un año habrá pasado en dinero efectivo casi un presupuesto de la nación. Es el caos. Hay cientos de ejemplos.