Mi testimonio del 18 de octubre: la reflexión de los antofagastinos
HISTORIA. Todos tienen algo que decir del 18 de octubre que hoy cumple un año. Muchos protestaron, algunos tuvieron miedo e incertidumbre, otros tuvieron esperanza de cambios. Unos creen que la violencia es legítima para el objetivo y otros la condenan. Algunos fueron encarcelados, otros causaron dolor a sus ciudadanos. Definitivamente, nadie fue indiferente a este proceso.
"El 18 de octubre me acuerdo que estuve en una actividad en el partido y después en la casa de mis papás en Antofagasta, cuando empezaron a llegar las noticias de los movimientos que habían en Santiago. Estábamos haciendo hartas cosas, era un periodo muy movido, con mucho trabajo. Estábamos empezando a cosechar lo que sería sembrado el primer año de gobierno, ya estábamos instalados y empoderados", cita Edgar Blanco Rand, actual intendente.
El entonces seremi de Obras Públicas recordó que la magnitud de las marchas y luego los enfrentamientos con carabineros, le dejaron en claro "que esto era bastante más complejo" que otras situaciones anteriores.
Ese 18 de octubre en la tarde Marco Antonio Díaz renunció a la intendencia y Blanco era uno de las nombres que se daban como posible reemplazante. Así ocurrió cuatro días después. Desde entonces, el ingeniero no ha parado de trabajar y saltar de una crisis a otra.
"Uno siempre toma con buenos ojos una designación así, es un tremendo cargo y cuando a uno lo nombran es porque hay confianza en el trabajo que uno puede hacer y se pueden hacer las cosas bien. Había mucho apoyo, teníamos un equipo bien cohesionado, así que sólo restaba trabajar. En este período no solo hemos tenido una crisis social y de violencia, sino que tuvimos las lluvias en el interior, el accidente del bus en Taltal y los meses de pandemia. He sido un intendente de contingencia. Es un trabajo '24-7', con pocos espacios para poder planificar, sobre todo en este tiempo, de repente muy solo, la soledad de la toma de decisiones es compleja, pero me he podido rodear de gente buena y que sean capaces de decirme lo bueno y lo malo de las decisiones que uno toma".
La rutina del jefe regional comienza a eso de las 6:30 de la mañana, poco después llama a su esposa y dos hijos de cinco y siete años, quienes están en Santiago. Luego revisa la prensa para dirigirse a la oficina, reunirse con su equipo, tratar de hacer cosas en terreno, videoconferencias con Santiago, después leer y revisar proyectos, firmar y darle velocidad a las cosas que están haciendo. Así continúa hasta las 21 horas, cuando regresa a su casa, para, muchas veces, seguir trabajando y planificar la jornada siguiente.
Puede decirse con certeza que absolutamente nada ha sido sencillo para la autoridad.
"Había un diagnóstico de lo que estaba pasando, nosotros vemos las diferencias. Es cosa de asomarse a la calle, aunque creo que estábamos trabajando en esos reclamos, podemos discutir la velocidad, pero ese diagnóstico era súper claro en la región. Con 7.000 familias viviendo en campamentos no podemos hablar de un crecimiento justo y eso que somos la primera región en ingreso per capita del país. Todo eso era palpable, se sentía y faltaba un gatillante. El país necesita estas reformas que se están planteando, con la profundidad que sea necesaria para poder equiparar la cancha".
"Lo primero que debemos hacer es proveer a la familia con un ingreso que les permita vivir tranquilos, cuando la gente tiene esa seguridad, tu salud, la educación resueltas, ahí podemos pensar en seguir creciendo".
La autoridad reconoce que le sorprendió la violencia y la planificación de algunos hechos, que para él tuvieron un clímax el 12 de noviembre, jornada en que hubo varios incendios en la ciudad y se atacó el edificio de la Intendencia.
"Sentí mucha desilusión de lo que estaba pasando, se destruyó la Junji, se trata de destruir la intendencia, que es la casa de todos, farmacias, era un daño directo a las personas, ahí dije qué más puede pasar".
Pero casi de inmediato propone con buen ánimo: "Necesitamos un proyecto común, un proyecto de ciudad, de región, de país, en que nos propongamos llegar a un mismo puerto juntos. Pero hay que abrirse a escuchar. Remar juntos nos lleva más lejos". Esta es una de las principales enseñanzas que he tenido en este año".
"Necesitamos un proyecto
común, de ciudad, región"
"El problema es que no necesariamente con un plebiscito esto va a cambiar. No vamos a mejorar las pensiones por el resultado del plebiscito; ese desafío de volver a unirnos como país va a costar".
Edgar Blanco, intendente, Edgar Blanco Rand,, intendente Región de Antofagasta