La importancia de los acuerdos
Esta semana vecinos de Sierra Gorda, el gobierno y la concesionaria, dejaron atrás un largo conflicto y firmaron el protocolo que reactiva el proyecto Rutas del Loa. El proyecto, de casi US$ 300 millones, traerá progreso, desarrollo y seguridad a la región, pero también demuestra que dialogando y con voluntad, las diferencias pueden superarse.
La reactivación del proyecto Rutas del Loa, confirmada esta semana tras la firma de un protocolo de acuerdo en Sierra Gorda, representa una buena noticia en los tiempos que éstas más se necesitan. No solo por lo que significa para la región en términos de progreso, desarrollo y seguridad, sino también por la forma en que se logró.
En lo primero, implica que la región cumplirá su anhelo de tener sus dos principales ciudades conectadas con una doble vía de alto estándar, una meta que está pendiente desde 2011, cuando se entrega el primer tramo de la nueva carretera entre Antofagasta y Carmen Alto, y por ende se inicia el sueño de extenderla de Carmen Alto a Calama.
Y en lo segundo, porque significa un triunfo del diálogo y de la buena voluntad entre las partes. Hay que recordar que el proyecto estuvo en suspenso durante años por las acciones judiciales iniciadas por los vecinos de Sierra Gorda, quienes exigieron ser considerados en las decisiones técnicas del proyecto, entre ellas, el trazado de la nueva ruta.
Los vecinos, organizados y representados por la Municipalidad de Sierra Gorda, pedían que la nueva carretera no se alejara demasiado de la localidad, para evitar daños a la economía local, que en gran medida gira en torno a la atención de los viajeros.
Esto, y otros avances, como pavimentación de vías estructurantes de Sierra Gorda, la construcción de accesos al patrimonio salitrero, y la priorización de mano de obra local, se consiguió finalmente y quedó refrendado en un acuerdo sellado el jueves con la firma de todos los intervinientes.
El proyecto, de casi 300 millones de dólares, traerá progreso, desarrollo y seguridad a la región, pero también demuestra que dialogando y con voluntad, las diferencias pueden superarse y es posible arribar a convenios importantes que favorezcan a todos.
Nuestro país requiere justamente de esto, construcciones colectivas y consensos. La reactivación de este proyecto es un buen ejemplo de que los acuerdos son posibles y que en la práctica dos más dos puede ser más que cuatro. Felicitaciones por eso a todos los que pusieron de su parte.