"Todos los países tienen una capacidad limitada de absorción de inmigrantes y en Chile está agotada"
CRISIS MIGRATORIA. El canciller reconoce que el país enfrenta un flujo migratorio "muy intenso que se ha visto asociado en algunos casos a fenómenos de criminalidad organizada", y pide mayor cooperación en la región para enfrentar el problema.
El ministro Alberto van Klaveren advierte que se necesitan nuevos instrumentos regionales y "una cooperación mayor de la que existe ahora" entre los países para combatir al crimen organizado que se ha infiltrado en la migración aprovechándose de ella, y recordó que Chile es un país de migrantes que requiere de un flujo "regular y ordenado".
El experimentado diplomático y actual ministro de Relaciones Exteriores insta, en una entrevista con agencia Efe, a la Unión Europea a multiplicar su relación con Latinoamérica y reveló que el innovador Acuerdo de Asociación con Chile está listo y se firmará a final de año.
Asumió recientemente la Cancillería ¿Qué desafíos afronta Chile?
-Para nosotros es muy importante la relación con América Latina (...) Hay una serie de temas que requieren de atención especial. Hay una crisis migratoria que afecta a distintos países y obviamente hace falta una cooperación mucho mayor de la que existe actualmente. Sabemos que es un tema muy complejo. También en Europa, pero la verdad es que disponemos de pocos instrumentos para afrontarla colectivamente. Uno de nuestros esfuerzos es poder fortalecer esos mecanismos de cooperación a nivel regional. Se habla de revivir Unasur, en cualquier esquema a nosotros nos interesa participar.
¿Ese esquema incluye también hablar con países como Bolivia y Venezuela?
-Es necesario hablar con Venezuela y Bolivia, absolutamente necesario. Venezuela está interesada en la repatriación de sus ciudadanos. Tenía un programa de repatriación que se ha visto interrumpido. Nos interesa que ese programa pueda reanudarse. Con Bolivia tenemos un diálogo bastante permanente. Pese a las diferencias, hemos logrado establecer un diálogo basado en el respeto mutuo y creo que hay una disposición muy positiva de Bolivia, sobre todo para encontrar mecanismos para poder controlar una migración que es irregular, pero que no está necesariamente asociada a fenómenos de delincuencia.
En ese punto, existe cierto miedo en la sociedad, una identificación de migración y crimen.
-Este no es el primer flujo migratorio que recibe Chile. Chile ha sido un país de inmigrantes. Muchos de nosotros somos hijos de migrantes. En otras etapas hemos tenido flujo migratorio importante, también de otros países latinoamericanos, (algunos) muy importantes, como la comunidad peruana que se ha asimilado perfectamente. El problema actual es que afrontamos un flujo muy intenso que se ha visto asociado en algunos casos a fenómenos de criminalidad organizada. Parte de este flujo migratorio ha sido alimentado por bandas criminales que facilitan el acceso de los migrantes, los transportan, los dejan al descubierto en lugares absolutamente desolados, y que plantea problemas muy serios en términos de asistencia humanitaria. Es un problema muy real.
¿Cómo se combate?
-Debemos tener una migración que sea como dicen todas las resoluciones de Naciones Unidas, regular, ordenada. Eso es lo que nos hace falta. En Chile hay comunidades inmigrantes de origen venezolano, que están aportando a distintos sectores de la economía. Tenemos trabajadores bolivianos en el norte. Son personas que han sido acogidas y que son respetadas por las comunidades de acogida. Pero hay también ese elemento irregular que en la percepción pública se ha visto asociada a fenómenos nuevos de criminalidad que no existían antiguamente en Chile.