Andrés Sabella, Hermano N° 528
¡Hola, Hermanos! "La Hermandad de la Costa de Chile limita al Norte con Andrés Sabella, al Centro con Salvador Reyes y al Sur con Francisco Coloane" …, es un lema que debiéramos acuñar por siempre dentro de nuestra Cofradía. Tres grandes escritores relacionados al mar, todos chilenos, y los tres Hermanos de la Costa. De los tres, Coloane fue el que menos "gozó" nuestra Cofradía, mientras que los otros vibraron hasta más no poder.
Hoy festejaremos al "Duende Sabella", ese "Loco Lindo" de la poesía al mar y a los niños, de las narraciones nortinas, ese autor de versos y canciones escritas en servilletas, dibujante de mujeres sonrojadas con vino tinto, ese gordinflón simpático, ameno, dicharachero, farrero, tanguero, vividor y amigo de todos, sin importarle creencia religiosa ni color político, aunque él sintió la discriminación.
"Mar de Chile, ¡Oh mar bienamado, mar paternal! Compañero feliz de mi primera aventura de adolescencia, cuando creía que la luna era un esquife capaz de llevarme lejos, hacia las islas donde el amor reserva sus colores más bellos. ¡Oh, mar chileno, "roto", rezongón y "managuá" que usas la gorra del sol!"
Andrés Sabella fue enganchado en la Mesa de Antofagasta en un zafarrancho simple de fecha 25 de abril de 1956 con el N° 528.. En nuestra Cofradía fue Capitán de la Nao de Antofagasta y Capitán Nacional en un período muy difícil para él, donde no estuvieron exentas las anécdotas. Gran fabricante de discursos de todo tipo, no faltaba el amigo que le solicitaba unas palabras para un matrimonio, o para la inauguración de un club deportivo, etc. Muchas veces fue llamado para decir la prédica de los domingos en una iglesia.
Creo que era uno de los pocos que llevaba nuestro Octálogo en su pequeño gran corazón. Fanático seguidor de ese gran poeta francés Charles Baudelaire de quien tomó prestado esas líneas que quedaron en nuestra Cofradía "Hombre libre, tú siempre adorarás el mar". Ya siendo un joven de tan solo dieciséis años, pero con romanticismo en su interior decía: "Soy hijo de Baudelaire. Él me enseñó que se puede pasar días sin comer, pero ninguno sin poesía" ¡Qué hermosas palabras, Hermanos! Hoy, que Andrés ya zarpó al Mar de la Eternidad, lo recordamos como parte de lo más cercano a nuestra Hermandad… Un fraterno abrazo a todos.
TBC., Nao Valparaíso. Hermandad de la Costa.