"De los 350 rucos catastrados en la ciudad, el 73% lo habitan chilenos"
La coordinación y supervigilancia de los distintos planes para enfrentar la expansión delictual en la región hoy se encuentra en manos de Karen Behrens (47), delegada presidencial regional (DPR) de Antofagasta, quien dice enfrentar con entereza y disposición este desafío que mantiene en alerta a la comunidad local por la mayor violencia con la que opera el crimen organizado junto a la expansión de nuevos tipos de delitos.
¿Cuál es su diagnóstico del actual panorama delictual en la Región de Antofagasta?
-Ejercí la labor de coordinadora regional de seguridad pública por el año 2008 al 2010. Por lo tanto, creo que objetivamente estamos en cuanto a la cantidad de delitos, más o menos en los niveles de los períodos prepandémicos en cuanto a la cantidad de delitos. Sin embargo, hoy nos estamos enfrentando a una criminalidad distinta. Hoy hablamos de forma de crimen organizado (…) hay delitos nuevos, como el tráfico de armas; y es necesario enfrentar estas nuevas formas porque las organizaciones criminales operan con un nivel mayor de sofisticación.
El Gobierno ha implementado algo inédito en la materia: nuestro plan nacional contra el crimen organizado. Sabemos todos quienes hemos trabajado alguna vez en esta materia, que las instituciones siempre habían trabajado el fenómeno delictual en forma separada. Se emitían órdenes de investigar y no se compartían estas informaciones, lo que traía aparejado una serie de fallas y vacíos en la investigación, lo que era claramente aprovechado por los delincuentes para lograr impunidad.
Hoy con este Plan Nacional contra el Crimen Organizado se empieza a romper esta dispersión en cuanto a la información y en cuanto a la coordinación, porque justamente la primera tarea es coordinar a todas las instituciones y lograr objetivos y metas claras. Se comparte la información, y se establecen tareas de inteligencia dentro de esta estrategia. El plan se construye desde los territorios, con planes regionales para abordar además cada uno de los delitos de mayor connotación social que son más importantes en cada uno de los territorios. En nuestra región es el caso del narcotráfico, el tráfico de armas, robos con fuerza y violencia específicos como el robo de cobre y también el robo de vehículos.
Esta coordinación además viene aparejada con una alta inversión en medios tecnológicos para apoyar esta labor que realizan las policías, como otras instituciones. Para esto necesitamos, por ejemplo, portales de escáner para Aduanas para que puedan revisar la mercadería que sale sobre todo por los puertos.
¿Se instalarán escáneres en la región?
-Exactamente, ya está comprometida esa inversión que en primera instancia, en inversión 2022, de $4.100 millones en escáneres para revisar los containers del puerto, porque hoy debido a los pocos recursos con los que cuenta Aduanas solo alcanza a revisarse, junto con Directemar, el 5% de la carga. Recordará una incautación de armas, justamente en un cargamento en el puerto. Eso fue casi por intuición de los funcionarios de Aduanas, que por los años de servicio pueden determinar ya casi por olfato qué es lo que viene (…) La persecución además de los activos y de lavado de dinero de las grandes organizaciones criminales, es otro de los objetivos que persigue este plan contra el crimen organizado, como establecer también los recursos, tanto humanos como tecnológicos, para que se puedan implementar estas persecuciones.
Efecto migratorio
¿En su opinión cuál sería la participación de parte del flujo migratorio en el nuevo tipo de criminalidad que enfrenta el país?
-Claramente en el tema del narcotráfico, históricamente hay un componente extranjero, y siempre ha sido así. La entrada a nuestro país de la droga, y esto está en los datos que nos entrega tanto el Ministerio Público como las policías, siempre ha sido mayoritariamente por ciudadanos bolivianos. Sin embargo, la distribución que se hace a nivel nacional principalmente ocurre por ciudadanos chilenos en conjunto con algunos ciudadanos extranjeros. El crimen organizado se denomina de esta manera porque debe poseer una estructura, tener sujetos de dos o más nacionalidades y una estructura que trascienda nuestras fronteras. Dentro del plan nacional contra el crimen organizado también se establece la coordinación entre las policías a nivel internacional, a través de la Interpol. Otra cosa es la construcción, en la que se ha convocado a distintas instituciones y organizaciones de la sociedad civil, de la Política Nacional de Migración. Porque es un tema que nos importa, nos preocupa y debemos hallar una solución. Hoy tenemos una Ley de Migración que convierte a los migrantes que ingresaron en situación irregular en zombies. No podemos regularizarlos, no podemos expulsarlos en el caso de los venezolanos y necesitamos una solución respecto de aquellos.
¿Y advierten participación de parte del flujo migratorio en la región en la tasa delictiva de delitos violentos? Como plantean distintas autoridades de la macrozona
-Hay un aumento, que siempre es consistente con el aumento de población. Todavía no sabemos cuánto es el aumento de la población, porque la migración irregular es difícil de establecer. Agregamos un dato, nuestra mayor migración no ingresa por frontera, debido a que por las características de nuestro territorio no lo hacen por esos sectores debido a las elevadas alturas. Además ahora viene el verano, y se anuncian lluvias tempranas en el invierno altiplánico. La entrada siempre ha sido por la Región de Tarapacá. Hasta el momento no se ha notado un aumento de ese flujo. Lo que sí, por lo menos ya tenemos un dato, sobre el plan de los rucos, en el que ya hemos terminado la cuantificación y la caracterización de los 350 rucos que tenemos en la ciudad de Antofagasta y sobre la cual podemos adelantar, porque ya vamos a dar los datos más precisos, es que más del 73% de los rucos son habitados por chilenos y chilenas. De los 350, para ser precisos, el 73,3% son chilenos y solo el resto son extranjeros, quienes se encuentran asentados en la costa, donde ya hemos intervenido la costa con los extranjeros y extranjeras. En la mayoría de esos casos hemos estado interviniendo en especial a nivel de familias, porque tenemos una convención internacional que nos indica la protección de niñas, niños y adolescentes. Muchos de ellos además quieren regresar a su país, porque buscaban una mejor oportunidad acá, pero la situación que tenía Chile antes ya no existe. Estamos en un contexto de una crisis internacional. Además, han sufrido distintas clases de discriminación.
Hoy el tema de los rucos lo tenemos más concentrado en el consumo problemático de alcohol y drogas de población chilena.
Esto de alguna forma desmitifica la impresión de que los rucos en su mayoría son habitados por migrantes venezolanos
-Lo que ocurre es que es razonable eso, porque ellos se establecen más en el borde costero y son más visibles. En cambio, los chilenos están más asentados en los lugares altos, incluso en el vertedero o incluso mezclados en algunas partes. Esos 350 rucos están distribuidos a lo largo de todo Antofagasta. La radiografía es esa, es categórica. Hicimos el barrido con todos nuestros servicios públicos, porque necesitamos caracterizar para poder intervenir. El presidente Boric nos señaló 'necesitamos resolver' este problema, pero necesitamos hacerlo de una forma seria y humana.