Ganaderos Latinoamericanos logran disminuir en un tercio las emisiones de Gases de Efecto Invernadero
A nivel global, la industria ganadera es una de las primeras causas de deforestación. Es responsable de aproximadamente el 15% de las emisiones de gases de efecto invernadero mundiales y a eso se suma que se necesitan 4.500 litros de agua para poder consumir un corte de carne de 300 gramos.
En Chile, la industria ganadera es la tercera en términos de emisiones y es directamente responsable del 10,6% de las emisiones de gases efecto invernadero (GEI), según el Instituto de Innovación Agraria.
Pese a las cifras, un reciente informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), destacó el trabajo que ganaderos de distintos países de Latinoamérica están realizando para disminuir estas emisiones y contribuir así a mantener un ecosistema saludable y provechoso.
Con acciones innovadoras en el manejo animal, en los pastos y con los desechos para recuperar los nutrientes del suelo, los productores ganaderos de América Latina han logrado reducir en casi un tercio los gases de efecto invernadero, una cifra de gran importancia que va en directo beneficio de nuestro planeta.
El trabajo en terreno que contó con la participación de distintos ganaderos de la región, pudo comprobar cómo, con la aplicación de nuevas técnicas, más sustentables y amigables tanto con el ganado como con los suelos, es posible disminuir los GEI.
Un ejemplo de este trabajo es el realizado por el argentino Walter Lorenz, de la provincia de Buenos Aires, quien aseguró haber comprendido que "para que la cadena funcione, el suelo tiene que estar sano y bien nutrido. No debemos mirarlo como un sustrato, sino como un organismo vivo. Debemos tratarlo y respetarlo como tal". Lorenz, quien es médico de profesión, lleva 15 años trabajando en la ganadería.
Durante este tiempo, ha buscado copiar los movimientos de la propia naturaleza, poniendo el foco en un pastoreo racional que, además, aseguró que le ha significado un cambio positivo en productividad.
"En términos numéricos, nuestro rendimiento es de 180 kilos por hectárea y sin ningún costo adicional, pero lo más importante para mí es ver a mis vacas gordas, los terneros sanos y a mi pastizal exuberante todo el año, sin ningún tipo de agroquímico", expresó.
Para el organismo de Naciones Unidas, es posible desarrollar una ganadería climáticamente inteligente que apunte a mejorar la producción, los ingresos y, al mismo tiempo, disminuya las emisiones, aumente la resiliencia frente a eventos climáticos extremos y restaure los servicios ecosistémicos del campo natural.
"Teniendo en cuenta que se prevé que América Latina sea la próxima productora global de alimentos, es imperativo extender prácticas que contribuyan a una ganadería sostenible en toda la región", señaló Andrés González, oficial de Ganadería, Sanidad y Biodiversidad Animal de la FAO.
"Para ello, ya estamos implementando acciones con cerca de 30 proyectos a nivel continental y con resultados muy satisfactorios", agregó.
Según la FAO, América Latina y el Caribe tiene el 23% de las tierras potencialmente cultivables, el 12% de la tierra actualmente cultivada y el 46% de los bosques tropicales del mundo. Por eso el pasado domingo, en el Día Mundial de los Suelos, la FAO realzó la importancia de mantener ecosistemas saludables y apoyar a los ganaderos a que gestionen su producción de manera eficiente y respetuosa con el medioambiente.
10,6% de emisiones