Los últimos intentos por sumar votos
A una semana de la segunda vuelta presidencial las fuerzas se mantienen parejas entre los candidatos Gabriel Boric y José Antonio Kast. El equilibrio de fuerzas se mantiene y todo dependerá de los resultados de las últimas semanas de campaña y verificar si fue posible atraer votos de quienes en principio no estuvieron con ninguno de ellos
Auna semana del balotaje las fuerzas siguen parejas, pese a que encuestas entreguen una mayor adhesión al candidato de Apruebo Dignidad, Gabriel Boric por sobre el abanderado del Frente Social Cristiano, José Antonio Kast, la definición parece incierta. En este ámbito es bueno analizar como ambos aspirantes a La Moneda realizaron ajustes a sus campañas para atraer a los votantes que eligieron otra opción en primera vuelta.
El despliegue territorial fue importante y para ello se definieron estrategia distintas. Boric sumó a su campaña a la expresidenta nacional del Colegio Médico Izkia Siches, figura reconocida, nortina y que le permitió avanzar en esta zona del país donde el excandidato Franco Parisi obtuvo un mayoritario apoyo.
Siches avanzaba por el norte atrayendo a una importante cantidad de adherentes y Boric hacía su trabajo por el sur, donde Kast cuenta con gran respaldo.
En tanto, el republicano partió por el norte y destrabó algunas complejidades con sectores mineros y con la fuerza femenina. Se comprometió a no privatizar Codelco y a mantener el ministerio de la Mujer.
Estos cambios en el programa sirvieron para que diversos sectores de centro y derecha comprometieran apoyo y trabajo para que fuera electo presidente.
Mientras que Boric lograba que la cúpula de la DC le brindará su apoyo sin mayores exigencias, lo mismo que hizo más tarde la excandidata PS, Paula Narváez.
En ese sentido, pareciera que el equilibrio de fuerzas se mantiene y todo dependerá de los resultados de las últimas semanas de campaña y verificar si fue posible atraer votos de sectores que en principio no estuvieron con ninguno de ellos. Y la idea de los presidenciables no fue solo sumar simpatías, tener menos rechazo, sino convencer que su voto no se perderá si se lo entregan. Es decir, vaya y vote por mí.
No hay que olvidar que han surgido algunas versiones de que muchos no irán a votar en segunda vuelta y si lo hacen lo harán en blanco o anularán el sufragio. Lo que en nada aportaría al proceso democrático de un país que necesita de participación activa.
Quedan pocos días y no hay mucho por hacer, aunque expertos dicen que estas elecciones se ganan en la meta, lo que agrega un ingrediente especial a lo que queda.