Aumento de contagios
Que los deseos de normalizar nuestras vidas no nos juegue en contra. Los casos de covid han comenzado subir nuevamente y es importante controlar el riesgo. La Región está a tiempo de tomar medidas para evitar que los contagios nos regresen a las etapas de mayores restricciones, pero para eso se requiere un compromiso férreo de la comunidad.
El retroceso de la Región Metropolitana a fase 2, la semana pasada, fue un llamado de atención a todo el país. Con ese solo hecho, casi la mitad de la población nacional quedó nuevamente con restricciones debido al aumento de la circulación viral y la posibilidad cierta de un empeoramiento del escenario en las próximas semanas.
Parece claro que el país está entrando en un nuevo ciclo de la pandemia. Luego de un peak en junio y julio, y un descenso importante de septiembre a noviembre, los datos comienzan a mostrar nuevamente un avance de los contagios, con un patrón que se repite: comienza en las regiones australes, se proyecta a la zona central y luego se extiende al norte.
Antofagasta debe tomar en serio lo que está ocurriendo en el resto del país -por cierto también en el mundo- donde los casos de coronavirus se han elevado debido a la normalización de distintas actividades y, principalmente, el relajo de las medidas de prevención.
El domingo, Antofagasta registró 67 contagios en poco más de 2.400 exámenes, la cifra más alta desde que salimos de la cuarentena, y ayer fueron confirmados otros 60 casos, en 4.676 test.
Se trata de cifras que encienden un farol de alerta, pero que aún no son inmanejables. Y ahí está el punto que debemos destacar.
La Región de Antofagasta está a tiempo de tomar medidas para evitar que los contagios nos lleven nuevamente a etapas de mayores restricciones o nuevos confinamientos. Pero para eso se requiere un compromiso férreo de la comunidad.
Es más importante que nunca el uso de mascarilla, evitar aglomeraciones, el lavado de manos y mantener la distancia social. También lo es que las autoridades hagan su parte, fiscalizando, ordenando y generando condiciones de seguridad para todos, algo a lo cual no ayuda, por ejemplo, el caos que existe con la venta informal en el centro.
La ciudadanía tiene ansias de regresar a la vida pre pandemia y con la llegada del verano, las fiestas de fin de año, y las vacaciones, este deseo natural y compartido se acentúa, pero es urgente comprender que no podemos bajar la guardia.