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"Todos queremos vivir en paz y un Chile más justo"

RELIGIÓN. El mundo religioso llamó a recuperar la paz en el país.
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René Yaitul, pastor Antofagasta

"Ese viernes 18 de octubre estaba en casa con algunos problemas de salud. Vi la televisión y empecé a observar lo que estaba pasando en Santiago, donde habían comenzado esa semana las manifestaciones y el descontento por el alza de los pasajes en el metro. Y después, vino el estallido fuerte por la rabia incubada por tanto tiempo. Entonces, en ese momento pensé: ¿qué está pasando con Chile?, con esta tremenda violencia, me dio tristeza. Con mucha tristeza y profunda reflexión, vivi días con el corazón apretado y con un sin fin de pensamientos en la mente no solo por los actos violentos que solo traen más dolor y pobreza, sino también porque como pastor y cristianos evangélicos guardamos un silencio cómplice frente a los abusos de desigualdad, los robos millonarios de los grandes, y los perdonazos tributarios para los más fuertes, los costos usureros de los bancos, el negocio escandaloso de las AFP, las pensiones indignas, la injusticia, el endeudamiento de la clase media, la indolencia de los gobernantes, los sueldos desproporcionados de los parlamentarios, las brechas en la educación, en la salud, etc...hasta que todo estalló en el corazón de los chilenos... Esa rabia incubada…Como pastor lo veíamos, escuchábamos…pero guardamos silencio. Lamentando profundamente las acciones violentas y vandálicas que contaminaron la mirada para ver el trasfondo detrás de estas manifestaciones y descontento social. El aprendizaje que destaco de este proceso es llorar con los que lloran, reír con los que ríen, empatizar, contener, unirnos, ser luz, ser pacificadores sin dejar de alzar la voz contra la injusticia, contra los abusos sistemáticos y reflexionar sobre nuestro rol como cristianos en medio de esta generación y sociedad en que nos ha tocado vivir, viviendo al estilo de Jesús y orando por nuestro país y por quienes nos gobiernan, porque amamos nuestra tierra y todos queremos vivir en paz y en un Chile más justo...Aprendiendo de la crisis y confiar que traiga no solamente cambios político-sociales sino también cambios en nuestra forma de vivir y convivir. Espero, que todos contribuyamos a un Chile más justo, más solidario, más empático y donde también sepamos vivir en paz. Dejando muy en claro que la violencia no es el camino que propone Jesús y no podemos apoyarla. Porque el reino de Dios no es comida ni bebida, sino justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo. Romanos 14:17".

"El aprendizaje que destaco de este proceso es llorar con los que lloran, reír con los que ríen, empatizar, contener, unirnos, ser luz, ser pacificadores sin dejar de alzar la voz contra la injusticia y abusos".

René Yaitul, pastor

"Fueron meses terribles y muy angustiantes"

CIUDAD. Vecinos del centro de Antofagasta vivieron días difíciles en medio de las protestas.
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"Ese día fui a almorzar a la casa de mi hijo porque me invitaron a comer pastel de choclo. Fue un momento muy feliz, estábamos conversando y jugando. Y de repente, mi hijo enciende la televisión y empezamos a ver los problemas que estaban pasando en Santiago. Y mi hijo me dice: ¿te quedas acá? y yo le respondo: no, me voy para mi casa porque tenía a mi hija sola allá. No quise que me fuera a dejar, me dio susto que volviera después y le pasara algo. Así que una pareja me dejó en la plazoleta Bicentenario. Y mientras esperaba, llegó mi hijo igual con su esposa a insistir llevarme, pero justo llegó la micro 109 y le dije tomaré esta, no quiero que vayan al centro. Y me subo a esa micro y venía repleta de personas que iban a manifestarse al centro. Me bajé en la esquina de mi casa, entré y ahí ya empezaron las protestas, luego de eso las movilizaciones no cesaron. Fueron meses terribles y muy angustiantes. El día más difícil que vivimos fue el 30 de diciembre, cuando atacaron el vehículo en el que se transportaba un carabinero de civil junto a sus hijos. Se podía ver cómo los manifestantes saltaban sobre su auto. El carabinero resultó con una oreja cortada y los niños con heridas en su caritas. De todas las manifestaciones que presencié, sinceramente y lo juro por mis hijos, yernos y nietos, que son lo más sagrado de mi vida, nunca vi que carabineros les hiciera daño (a los manifestantes). Yo veía como ellos entre 20 y 25 los pateaban en el suelo (a los carabineros). Que muchas veces los vi heridos, con sangre en sus caras. Hubo un momento que no era un movimiento social, sino que saqueo y maldad.

Sentimos miedo que se cumpla un año del 18 de octubre, que vuelvan estas manifestaciones. Si tuviera que sacar un aprendizaje, es que se debe transitar con más cuidado, confiar menos en las personas que me rodean. Echo de menos la tranquilidad de este barrio, donde vivo hace 21 años. Se debe proteger el barrio donde uno vive. Aquí viven muchos adultos mayores".

Vecina del centro, de Antofagasta

"El día más difícil que vivimos fue el 30 de diciembre del año pasado, cuando atacaron el vehículo en el que se transportaba un carabinero de civil junto a sus hijos".

Vecina del centro, de Antofagasta

"Para mí fue muy emocionante ver ese despertar, que después de tantas marchas al fin nos uníamos"

POLÍTICA Parlamenta- rios firmaron el acuerdo por la paz el 15 de noviembre en medio del estallido social .
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"Recuerdo que estaba marchando desde el exCongreso hasta la Alameda con toda la bancada del Frente Amplio y Beatriz Sánchez. Fue muy bonito porque gritábamos "¡no más abusos!" y la gente se empezó a sumar, a gritar desde los edificios y a caminar con nosotros. Esa semana los estudiantes habían comenzado a saltar los torniquetes (en el metro) y el ambiente estaba agitado en el centro de Santiago.

Para mi que participé activamente en el movimiento estudiantil secundario y universitario fue muy emocionante ver ese despertar, que después de tantas marchas al fin nos uníamos de manera transversal para terminar con los abusos y caminar de la mano hacia un Chile más justo. Fue muy esperanzador ver que el país estaba unido por una misma causa y sentir que nunca más estaríamos solas.

Todos aprendimos que la ciudadanía movilizada puede lograr lo que sea, que el poder de la gente es infinito y, sobre todo, fue un golpe para la política tradicional que tuvo que entender que lo social tiene que estar conectado con lo político, de lo contrario, la política pierde el sentido".

Catalina Pérez,, diputada RD

"Todos aprendimos que la ciudadanía movilizada puede lograr lo que sea, que el poder de la gente es infinito y, sobre todo, fue un golpe para la política tradicional que tuvo que entender que lo social tiene que estar conectado con lo político".

Catalina Pérez,, diputada RD