Un intenso rap contra la transformación del Harlem
"Rapera a los 40", película que ganó el premio a Mejor Dirección en Sundance, reflexiona sobre el fracaso, la madurez y los estereotipos con sentido del humor. Está en Netflix.
"Rapera a los 40" es un título engañoso. Su juego consciente con "Virgen a los 40" -al menos en la traducción al español- sugiere una comedia desechable que no le hace honor a los logros de este largometraje que ganó el premio a Mejor Dirección en la última edición del Festival de Sundance. En la dirección, guión y actuación protagónica está Radha Blank, escritora y dramaturga afroamericana que evoca su propia historia para construir una dramedia sobre el fracaso, la identidad, la coherencia y la gentrificación del Harlem, barrio ubicado al norte de Manhattan en la ciudad de Nueva York, Estados Unidos.
Radha -el personaje- fue alguna vez reconocida como una de las dramaturgas jóvenes más talentosas y promisorias de Nueva York. Ha pasado una década de ese triunfo y no ha vuelto a brillar sobre las tablas. Solitaria, pobre, obsesionada con el peso y próxima a tener 40 años, se gana la vida enseñando teatro a un par de adolescentes del Harlem. Hasta que descubre en el rap una instancia para poder expresar sus ideas críticas e incendiarias sobre la sociedad; un arte que, tal vez, le permitirá reinventarse al ritmo de los beats.
Paralelamente, su amigo Archie -gay, coreano y sofisticado- mueve los hilos para que vuelva a trabajar con su antiguo productor, Josh Whitman, quien pretende montar una de sus obras: "Avenue Harlem", un musical que el gestor pretende transformar en un retrato insulso, condescendiente y estereotipado sobre los negros y gentrificación hípster del legendario barrio neoyorquino.
"Rapera a los 40" reflexiona sobre los costos de la fama, la importancia de ser fiel a uno mismo, la marginalidad escondida tras las postales turísticas, los prejuicios raciales y el rap como fuente de expresión libre, rabiosa y anti-sistémica. Lo interesante es que Rhada Blank lo hace con un agudo sentido del humor y en un blanco y negro fílmico que recuerda a las primeras películas de Spike Lee.
La directora, ácida frente a las modas actuales ("aún no hay leche de soja en la tienda, solo balas, cervezas y hierba", rapea) y anclada a la nostalgia granosa del cine independiente estadounidense de hace más de dos décadas, cruza así autobiografía con comentario social y un sentido del humor auto-flagelante en beneficio de una obra honesta que no necesita chapotear sobre la marginalidad para representar las heridas de una comunidad. Como la entrañable Radha improvisa irónicamente frente a un micrófono en una escena: "Si quiero llegar a la cima, tendré que escribir pornomiseria".
"Rapera a los 40" reflexiona sobre los costos de la fama y la importancia de ser fiel a uno mismo.
En resumen
Esta es la primera película de Radha Blank, quien se llevó el premio a la Mejor Dirección en Sundance.
Por Andrés Nazarala R.
Fotograma