Migraciones en medio de la crisis
El fenómeno del tránsito de personas entre países continuará por largo tiempo y Chile -para sorpresa de muchos- es una de las naciones más atractivas del continente. Según el INE, eran casi 1,5 millones los extranjeros que al 31 de diciembre de 2019 residían en Chile. Al inicio de la pandemia, el 76,5% de los encuestados había señalado que se encontraban con trabajo, pero su situación cambió.
La Cruz Roja Internacional precisó hace unos días que el devastador balance económico de la pandemia de covid 19 en el mundo hace correr el riesgo de desencadenar nuevas olas de migración una vez que se reabran las fronteras. La institución advirtió que en muchos países se observa cada vez más que las medidas de confinamiento y los cierres de fronteras para detener el virus han destruido los medios de subsistencia de la población en muchos países y podrían llevar a millones de personas más a la pobreza.
De acuerdo con la misma institución, muchas personas que pierden sus medios de subsistencia pueden sentirse obligadas a moverse una vez que las fronteras comiencen a abrirse, por lo que no hay que sorprenderse con un aumento masivo de la migración en los próximos meses y años. En realidad ya lo estamos viendo en distintos puntos de las ciudades locales. En especial se cuentan ciudadanos venezolanos que escapan de su país y viven un drama en Perú, donde suman casi un millón de personas en tránsito.
Muchos pasan a Chile por pasos ilegales, arriesgando sus vidas en un tránsito absolutamente dramático.
Más allá del imperativo moral, los argumentos económicos también entran en juego, porque el costo de cuidar a los migrantes durante el tránsito y cuando llegan al país de destino es mucho más alto que apoyar a las personas en sus medios de subsistencia, educación y necesidades de salud en su propio país.
Es probable que también cuando se comiencen a distribuir las vacunas contra el coronavirus, las personas emigren de países donde no puedan acceder a ellas, para ir a otros donde, junto con encontrar inmunizaciones, tengan más oportunidades de trabajo y de atención para sus familias. En ese sentido, las naciones que inicien más pronto el proceso de recuperación de sus economías se presentarán como atractivos para el flujo migratorio.
Como es sabido, se tramita el proyecto de ley de Migraciones y Extranjería en el Congreso, con el fin de avanzar hacia la integración y tener un marco regulatorio de la inmigración. El asunto no será suficiente, pues la realidad es de enorme magnitud.