Realización de Exponor
El evento bianual antofagastino implica inyectar US$ 7 millones en contratación de servicios y unos US$ 600 millones en negocios durante el evento de cuatro días. Nuestra región, minera por excelencia, tiene en este evento una de sus mayores presentaciones internacionales. Se trata de una actividad mucho más grande que lo exclusivamente industrial.
Una de las gestiones más exitosas que ha conseguido la Región de Antofagasta y, en general el Norte Grande, es la realización de la feria Exponor. A lo largo de estas versiones, el evento se ha consolidado como la instancia más importante del país en la materia.
Y aquí hay varios méritos, uno de los cuales es propio de la Asociación de Industriales de Antofagasta, un gremio con arraigo local, al que se suma el apoyo de otras cientos de empresas regionales y nacionales que posibilitan la gestación de un evento mundial que ha crecido con cada versión.
Exponor es mucho más que una muestra técnica, es también un espacio de encuentro entre los actores de la industria y la comunidad, merced a la realización de conversaciones de todo tipo.
Sabemos que el evento es además un enorme y positivo gatillador de la economía local. Cada jornada implica una inyección de US$ 7 millones directamente a la economía local. Su impacto se nota en la construcción y los servicios, como restaurantes, hoteles, empleos en definitiva. Se trata de una acción con consecuencias muy positivas para amplias actividades.
Casi demás está decir que en el difícil escenario económico en que el territorio se encuentra, este evento resulta bastante fundamental por los impactos de corto, mediano y largo plazo. Eso es innegable.
Este contexto es necesario para advertir que Exponor está amenazada por la decisión de Expomin, organizada por el grupo francés Gl Events, que pretende realizar su evento el próximo año 2021 (trasladándola desde el 2020 debido a la pandemia).
Mala señal que está en plena resolución; esperemos que para beneficio de Antofagasta.
Exponor es parte de la zona, aquello es innegable y debe ser defendida. Muchos actores locales lo han hecho y es esperable que muchos más se sumen.
La minería se genera fundamentalmente en esta zona, no en Santiago, es aquí donde se explota y donde se pagan buena parte de las consecuencias de esta actividad fundamental para Chile, de modo que es razonable pensar que lo justo y necesario es priorizar esta actividad regional.