Efe

Versos sencillos y desgarradores, con la maestría para describir en pocas palabras la existencia humana y rozar el alma del lector, resumen la obra de la poeta uruguaya Idea Vilariño (1920-2009), quien además fue traductora, compuso canciones y mantuvo una historia de amor y desencuentro con Juan Carlos Onetti.

Uruguay celebra hoy el centenario del nacimiento, el 18 de agosto de 1920, de una de las más relevantes integrantes de la Generación del 45, a la que también pertenecen autores como Mario Benedetti, Ida Vitale o Carlos Maggi, que tuvo en Onetti a un referente y que, como cuenta el escritor Rafael Courtoisie, fue una "suerte de parteaguas".

Su poesía

Nacida en Montevideo en el seno de una familia de artistas, cuyos padres, Leandro Vilariño y Josefina Romaní, nombraron a sus otros hijos Poema, Azul, Alma y Numen, Idea despuntó en las letras uruguayas con obras como "La suplicante" (1945) o "Paraíso perdido" (1949).

"El proyecto de Idea tiene que ver con una zona muy existencialista, se relaciona en modo directo e indirecto con Jean Paul Sartre, con una mirada a veces nihilista, de desgarro, desesperada, donde muchas veces se celebra el amor pero en realidad, más que una iluminación, es la celebración del amor perdido. Sus poemas de amor dedicados a Onetti son más que nada poemas de desamor o desgarro", sentencia Courtoisie.

El amor de Onetti

Ella explica en el documental "Onetti" (1990) que se conocieron "antes de 1954", porque esa fue la fecha de publicación de "Los adioses", una de las novelas más reconocidas del autor, en la que él incluyó la dedicatoria: "A Idea Vilariño".

Ahí comenzaron cuatro décadas (hasta la muerte de él en 1994) de encuentros y desencuentros, años en los que ambos se casaron con otras personas pero jamás dejaron de relacionarse de una u otra manera, si bien, como ella contó en alguna entrevista, solo compartieron "nueve noches".

La actriz australiana Elizabeth Debicki interpretará a Lady Di en las dos últimas temporadas de la serie "The Crown", según anunció Netflix.

"El espíritu, las palabras y las acciones de la princesa Diana perviven hoy en los corazones de muchos, es un verdadero privilegio y un honor unirme a esta serie magistral que me tiene enganchada desde el primer episodio", dijo la intérprete.

Nacida en París en 1990, Debicki se dio a conocer en 2013 como la Jordan Baker de "El Gran Gatsby" de Leonardo di Caprio. También ha destacado en películas como "Macbeth" (2015) y "Guardianes de la Galaxia 2" (2017). Además es una de las protagonistas de "Tenet", la nueva película de Christopher Nolan a punto de estrenarse en cines.

Varios reemplazos

La serie de Netflix narra las peripecias de la familia real británica desde los años 40 y 50. La tercera temporada, estrenada en 2019, saltó a los 60 y 70, por lo que comenzó a reemplazar, por edad, a algunos actores y a incluir rostros nuevos.

Lady Di, nacida en 1961, aparecerá por primera vez en la cuarta temporada interpretada por Emma Corrin, pero en la quinta y la sexta será sustituida por Debicki.

La semana pasada Netflix anunció también las incorporación de Jonathan Pryce como Felipe de Edimburgo en las dos últimas temporadas, tomando el relevo de Matt Smith y de Tobias Menzies, los dos intérpretes que en las cuatro primeras temporadas de "The Crown" dieron vida al esposo de la reina Isabel II.

Es así como Imelda Staunton encarnará a la monarca (después del trabajo de Claire Foy y Olivia Colman) y Lesley Manville se ocupará de la princesa Margarita (como sucesora de Vanessa Kirby y Helena Bonham Carter).

Libro: La comunidad de las bestias. Tipo: novela gráfica. Autor: Stjepan Ostoic Primera edición: Julio 2020, autoeditado. Venta: Amazon (($4.99usd o unos $3950).

Desde hace unos años la narrativa gráfica ha tomado una relevancia importante en Chile, a tal punto que las librerías comienzan a poblarse ya no solo con las típicas portadas extranjeras que todos conocemos, sino que florecen poco a poco las obras de corte nacional: desde Los guardianes del sur de Guido "Kid" Salinas y Sebastián Castro, el trabajo de Félix Vega con Juan Buscamares o la novela Desde mi ventana de la Antofagastina Less Prieto.

Aprovechando la marea favorable dentro de tormentosos tiempos, Stjepan Ostoic, cineasta, actor y guionista local, se atrevió en dar un salto al vacío y apostar por un camino diferente: dibujar y escribir una historia propia, que busca incomodar y exponer a la luz del desierto las dinámicas propias de un sistema que puede llevar al extremo a una buena parte de todos.

Es así como esta historia nos habla de Carlos, un perro que lleva una vida tediosa y sin mucho sentido, agobiado por un trabajo donde no es bien tratado y ganando lo justo para pagar lo que debe. Todo esto cambia cuando su hermana llega a visitarlo un día y le muestra una pepita de oro que recogió del suelo en una aldea aislada en pleno desierto de Atacama. Una oportunidad que no iba a despreciar y que lo lleva en un viaje que terminará con manipulaciones, explotación y muerte.

Ostoic busca llevar al lector por aquellos pasajes que nos son cotidianos, pero no referidos a lugares físicos, sino que a esas emocionalidades que encontramos a diario en redes sociales, en las esquinas y la conversación entre amigos: un sistema que funciona mal, corrupción, frustración y el descontento; intenta empujarnos a cuestionar hasta qué punto podemos separar lo bueno de lo malo, justificar acciones aberrantes con tal de salir de aquella miseria donde creemos estar.

Tanto el relato como el estilo de las ilustraciones comparten un apelativo en común: el ser rápidos, rústicos, de trazo y verbo descuidado. Stjepan alude a una intencionalidad en esto, a propósito de todo lo burdo y sin sentido que se vuelve todo el relato, donde Carlos no es un sujeto malvado en si mismo y, sin embargo, cae en ello hasta la crueldad. Piensa en cómo Maus y Blacksad como sus obras referentes, sobre todo al usar personajes antropomórficos. Se guardan las proporciones, claro: esto fue un juego, un gusto personal que se da en tiempos que puede estar en casa por la pandemia. Es un afortunado.

Más allá de la obra en sí misma, La comunidad de las bestias es un buen ejemplo de cómo podemos incursionar en diferentes formas de contar historias, nuestras o ajenas, usando lo que hemos aprendido hasta el momento, sin caer en pretensiones grandilocuentes o complejos encordados que nos anuncien las grandes verdades de la realidad. A veces, simplemente puede bastar con algo que decir, un lápiz y motivación para crear algo que nos parezca suficiente.

Bernardo Cienfuegos, Profesor de Lenguaje y comunicación. Magíster en Educación. Académico UA