"Con el tiempo, me he vuelto un poco chango"
ANTOFAGASTINIDAD. Manuel Cepeda, deportista de Caleta Coloso.
Manuel Cepeda es un antofagastino de 30 años que lleva más de 20 participando en todo lo relacionado con el bodyboard. Ya sea como pasatiempo (es una de sus grandes pasiones), o en términos laborales, a través de la "Escuela Coloso", entidad que impulsa junto a su pareja, Danicelly Vallejos.
Además de formar nuevos talentos en esta disciplina, ambos persiguen objetivos que sus alumnos, los niños, puedan vincularse con su entorno y generar identidad con su sector y el medioambiente.
Manuel mismo siente una profunda identidad con Caleta Coloso, donde vive desde los 10 años. Fue en la costa de este sector, hasta Llacolén, donde aprendió a dominar las olas y los riesgos de practicar este deporte en una costa rocosa, lo que, reconoce, le otorga cierta ventaja en las fechas locales de los circuitos nacionales.
En sus ratos libres, cuando no está liderando alguna campaña de limpieza en el borde costero, se le puede encontrar en su casa, pintando cuadros cuyas temáticas son siempre relacionadas con el mar.
¿Qué estás haciendo ahora producto de la pandemia?
-Con Dani (su pareja) nos vinimos a vivir momentáneamente a la Tercera Región, a la casa de una abuela que ella tiene, donde prácticamente se crió, en Huasco Bajo, un sector próximo a Vallenar, que está libre de coronavirus. Esto porque al final, por tema de la pandemia, ya no podemos trabajar en Antofagasta (en la escuela). Lo bueno es que como hay playa podemos entrenar tranquilamente, realizando distanciamiento social. De la casa para la playa y viceversa.
¿Cuándo llegaron allá y cómo ven lo que pasa con Antofagasta en estos momentos?
-Hace poco llegamos, vamos a completar la segunda semana. Respecto de lo que vive Antofagasta con el tema de la cuarentena total, diría que es un momento difícil, complicado en varios aspectos. Nosotros dejamos de hacer clases poco después de los primeros casos. Ya a finales de marzo no estábamos atendiendo en la escuelita. Pero para quienes en este momento están allá, hay que aguantar solamente. Cuidarse mucho, para que se pueda pasar rápido.
Siempre has manifestado una identidad muy arraigada por Coloso, ¿por qué?
-Es muy importante para mí. Mis mejores recuerdos son en Coloso, pasé veranos completos sin salir de esta caleta. Creo que con el tiempo igual me he vuelto un poco chango. Ya no me gusta el ruido ni la bulla. Me gusta la calma de la playa y hacer body.
Además, cuando yo aprendí este deporte, no había escuela ni nadie que te explicara realmente bien las técnicas de este deporte, así que tenías que aprender solo, estando siempre, eso sí, súper atento a las condiciones del mar. En ocasiones habían días de olas gigantes y esa era la prueba que tenía que hacer. Te metías al agua, superabas (la ola), y así hasta que aprendes.
¿Por qué te consideras afortunado de haber aprendido este deporte en Coloso?
-Lo que pasa es que aquí, en casi toda la costa, tenemos roca, lo que en mi caso me permitió llegar más allá en este deporte. Hay una especie de triángulo en el fondo del mar, que da ciertas condiciones.
¿Cuándo comenzaste a competir?
-Empecé tarde, como a los 19, 20 años. Cuando era chico mi familia no tenía plata y de mis hermanos yo era el del medio. Mi hermano menor era el rebelde y mi hermana más chica, la consentida. Entonces no había muchas lucas. Por eso, cuando se presentaban competencias, no me gustaba pedir a mis padres. No iba a competir. Pero cambió cuando conocí a la Dani, ahí e empecé a viajar y competir al tiro.
¿Te costó mucho adaptarte?
-Sí, porque cuando yo me metí a las competencias, ya había chicos que venían compitiendo desde los 12 años, acostumbrados a ese tipo y nivel de roce. Mi desempeño fue escalando de a poco y hoy igual estoy bien considerado dentro del campeonato nacional. Algo que ha ido de menos a más.
¿Cuál es tu recuerdo competitivo más importante, dentro del escenario local?
-Fue un nacional que gané en la categoría Open. Hay varios, pero nunca me ha importado mucho quedarme con esas victorias. Todos los campeonatos se viven de manera distinta, y a mí lo que me interesa es poder competir, más que el título.
¿Tienes proyectos con la Escuela Coloso para el futuro próximo?
-El año pasado fuimos a un mundial en Portugal e Islas Canarias y Australia. Este año lo habíamos dejado para concretar unos proyectos de infraestructura de la escuela, la vamos a arreglar y poner un café para mejorar el sector de la playa y hacer un lugar más ameno para las personas. Pero con esto del coronavirus, se ha ido aplazando y ahora hay que ver cuándo vamos a poder hacerlo. Lo bueno es que la intención y las ganas están.