Eugenio Sugg Gálvez
En un 88% debió bajar sus operaciones la aerolínea ultra low cost Jetsmart para mantenerse en el aire. La emergencia sanitaria por el coronavirus golpeó violentamente a la industria del transporte aéreo en el mundo y Chile no es la excepción.
Pese a lo agudo de la crisis, el CEO de la compañía, Estuardo Ortiz, aseguró que se mantendrán operando mientras la autoridad lo permita y sea sostenible.
Ratificó además la positiva evaluación de la base de operaciones instalada en Antofagasta y su intención de instaurar vuelos internacionales directos desde el aeropuerto Andrés Sabella a un par de destinos en Colombia.
¿En qué situación encontró esta crisis sanitaria a Jetsmart?
-Veníamos monitoreando el tema desde hace varias semanas cuando comenzó a expandirse en Europa, debido a que el fondo de inversión de Jetsmart controla otra línea aérea en ese continente. La realidad es que se aceleró mucho más en Latinoamérica, es una realidad que tiene parada prácticamente a toda la flota mundial y a la industria de la aviación comercial en jaque.
¿Qué medidas han debido tomar ante las actuales condiciones y las restricciones al desplazamiento de las personas?
-Hemos debido reducir nuestros vuelos en un 88%. La buena noticia es que hemos identificado ciertas necesidades puntuales de gente que necesita movilizarse por distintas razones, lo que nos ha permitido mantener en servicio algunas rutas nacionales, algunas de las cuales estamos operando entre dos y tres veces por semana -incluida Antofagasta- dependiendo de la demanda.
¿El porcentaje de ocupación actual hace rentable aun esos vuelos?
-La demanda en ciertas rutas existe aun. Los factores de ocupación los hemos ido monitoreando muy de cerca y aun son aceptables, por lo que nos mantenemos operando de manera sostenida esos vuelos y viendo con atención como evoluciona la situación esta semana.
Otras aerolíneas como Sky decidieron suspender sus operaciones momentáneamente ¿Es una opción que ustedes estén evaluando?
-Mientras todavía exista la necesidad de personas que requieran viajar por el país y sea sostenible, lo vamos a seguir haciendo. Ahora, si las autoridades consideran oportuno y necesario que dejemos de hacerlo por razones sanitarias, así será. Por el momento, vemos que el país necesita seguir funcionando, hay muchas personas que están trabajando para mantener los servicios esenciales y nosotros nos vemos como uno más.
¿Han debido ajustar su dotación de trabajadores o bajar sueldos para poder seguir operando? ¿Es algo que vayan a evaluar?
-Nosotros somos una empresa ultra low cost, un modelo muy conocido en Europa y Estados Unidos. Éste tiene una tremenda ventaja que es una estructura de costos muy eficiente que en estas circunstancias es un factor determinante. Venimos trabajando en mantener una disciplina y eficiencia -el ajuste de capacidad es reflejo de eso-, y cuidando a nuestros empleados y su trabajo. Es una crisis muy aguda y profunda, pero esperamos que de aquí a unos meses esto comience a recuperarse y debemos estar preparados para ese momento.
Fortaleza
¿Quiere decir que el modelo low cost resultó una fortaleza para enfrentar este periodo?
-Sin duda. Todas las aerolíneas del mundo -independiente si son full service, low cost o ultra low cost- están afectadas muy fuerte por esta situación, pero una estructura de costos más baja como la nuestra y más variable, te permite tener un ahorro mayor cuando la capacidad disminuye.
Ahora, el impacto de esta crisis es particularmente fuerte en nuestra industria y eso también abre la discusión en torno a qué tipo de intervención o apoyo puede existir en Sudamérica y Chile para ayudar a las líneas aéreas, tal como se ha visto en Estados Unidos, Noruega y otros países.
¿Qué tipo de ayuda podría resultar beneficiosa para la industria?
-El shock de todo esto es la baja de la demanda, que nos quedamos sin ventas y sin embargo, mantienes los costos. El interés de todos es la sostenibilidad de las empresas durante esta etapa, entonces, medidas que pueden utilizarse y que no están fuera de lo que se ha visto en otros países y que son bastante simples y efectivas, puede ser extender los plazos de pago de las diferentes tasas aeroportuarias que no generan un costo al Estado, sino solo un aplazamiento e inyecta liquidez a la operación de la línea aérea y ayuda a proteger el empleo sectorial que llega a los 200 mil trabajadores.
¿Esta coyuntura puede afectar los planes de desarrollo que tenía Jetsmart en el corto y mediano plazo?
-Nosotros vemos una crisis muy dura, pero de corto plazo. Jetsmart arrancó un proyecto hace tres años con una visión a 2026 y vamos a seguir adelante. No cambiará nuestro proyecto a largo plazo.
A mediados de 2019 solicitaron permisos en Colombia para realizar vuelos directos desde al menos dos ciudades hasta Antofagasta ¿Cuándo tomarán una decisión respecto de eso?
-Primero quiero decir que estamos muy satisfechos con los resultados de nuestra base de operación en Antofagasta, que pese a tener solo un mes funcionando ya tiene seis rutas, tres de las cuales son exclusivas de Jetsmart. Es una base que consideramos estratégica y la vamos a mantener.
Cómo se desarrolle la red de rutas desde Antofagasta, Santiago o Concepción, es muy difícil de predecir porque seguramente cuando esta recuperación inicie, va a haber un cambio en la demanda y tendremos que estar atentos a cual va a ser la estructura óptima de rutas para ese momento. Sin duda que sigue siendo nuestra misión tener vuelos internacionales desde Antofagasta, pero habrá que ver cuál es el momento oportuno.
"Extender los plazos para pagar las tasas aeroportuarias no genera gasto al Estado e inyecta liquidez a las aerolíneas para mantener la operación y así cuidar el empleo sectorial".