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Somos orgullosos pobladores…

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De una región donde, más que de fundaciones de pueblos, debemos hablar de poblamientos de nuestro territorio, donde todo es esfuerzo y sacrificio. El agua se traía desde trescientos kilómetros de distancia, secando vegas, oasis y quebradas. Los alimentos, desde los extremos del mundo y cancelando altos precios que se han conservado a lo largo de nuestra historia.

Una tierra donde hombres y mujeres de otras tierras vinieron a andinizarse y empamparse, quedándose por necesidades laborales, por amor a lo que hicieron suyo, a humanizar el desierto. Existe un valioso y modesto porcentaje de descendientes de nuestros pueblos originarios: changos, likan antai, quechuas, aymaras y collas. Y un alto número de descendientes de inmigrantes de las regiones de Atacama y Coquimbo, en especial Copiapó y el valle del Limarí, junto las primeras generaciones de antofagastinos propiamente tal.

Expresamos un sentido de pertenencia que se manifiesta a través del amor, de nuestras actividades cotidianas, de nuestra forma de recrearnos, de nuestro estilo de vida. Eso es identidad.

Identidad cultural es la práctica de la medicina popular, la expresión de confianza en el médico universitario, el yacho, "el compositor". La fe en las yerbas, las animitas, o los antibióticos. Porque lo que ocurre con el volantín, con el trompo y el emboque, con las tortugas ninjas, con los juegos, es identidad. La música tradicional, la música popular, la de los jóvenes y la del recuerdo. La literatura popular y tradicional y, también la literatura culta producida en la región; los bailes juveniles, "la previa" y los antiguos "malones", los bailes religiosos; la artesanía y las artes populares son expresiones de nuestra identidad, son parte de nuestro rico patrimonio cultural inmaterial

Identidad heterogénea y múltiple, diversa, multicultural pero única. No es fácil de definir en pocas palabras pero, que existe porque nosotros, pobladores del norte, hijos del norte, amantes del norte, en el mar, la costa, el desierto pampino y mineral, y la cordillera altiplánica y montañosa, existimos.

Domingo Gómez P.