Alto consumo de alcohol
El consumo excesivo tiene efectos importantes en la salud, pero más allá también está presente en la mayoría de los accidentes de tránsito. Los adolescentes y adultos jóvenes (entre 15 y 24 años) beben más que el resto de la población. Es muy preocupante que los adolescentes inicien el consumo cada vez a más temprana edad.
Chile es el país latinoamericano con los índices de ingesta de alcohol per cápita más elevados, informó la Organización Mundial de la Salud (OMS). Existe un consumo anual de 9,6 litros de alcohol puro por persona. Si bien los hombres son mayores consumidores, con 13,9 litros al año, las mujeres han avanzado rápidamente, para llegar a 5,5 litros.
Es un pésimo indicador el de nuestro país, con cifras bastante superiores al promedio mundial de 6,2 litros de alcohol puro per cápita. La OMS habla de alcohol puro para poder comparar entre países, dado que en algunas naciones la ingesta de cerveza, si bien es alta, tiene menos graduación que el whisky.
De acuerdo a la Encuesta Nacional de Salud de Minsal, el 11,7 % de la población consume alcohol en forma riesgosa, cifra que incluye a mayores de 15 años. El número de adultos en Chile que presenta algún trastorno por consumo de alcohol, asciende a 260.206, es decir, dos de cada 100 mayores de edad, prevalencia que hasta ahora es mayor en el caso de los hombres que en las mujeres.
Pero si se analiza la ingesta por edad, los adolescentes y adultos jóvenes (entre 15 y 24 años) beben más que el resto de la población. Resulta preocupante que los adolescentes inicien el consumo cada vez a más temprana edad, lo que acentúa la posibilidad de dependencia. Esto significa que además de los daños que generan a su salud, hay consecuencias sociales asociadas, como la posibilidad de violencia y las agresiones debido a los patrones de consumo.
Este no es un problema menor, si se considera que alrededor del 10% de las muertes que se producen en Chile pueden atribuirse al consumo de alcohol, principal droga lícita y responsable de la mayor carga de enfermedades, discapacidad y muerte, que incluso supera a factores como la obesidad y la presión arterial. Según la Organización Mundial de la Salud, más de doscientas enfermedades están asociadas directa e indirectamente a la ingesta desmedida.
El desafío con la información de que se dispone es cómo abordar la prevención en jóvenes, ya que las prevalencias de consumo de riesgo son mayores en ese grupo.