En Chile es habitual que durante el periodo primavera - verano se produzca un aumento de las denominadas enfermedades de origen infectocontagioso, cuyas manifestaciones clínicas van desde alteraciones gastrointestinales leves y autolimitadas como vómito, diarrea y dolor abdominal, hasta cuadros de deshidratación y desequilibrio electrolítico grave, que pueden poner en riesgo la vida de las personas.
Dado que estos cuadros ocurren principalmente por el consumo de alimentos contaminados, se habla de Enfermedades Transmitidas por Alimentos (ETA).
Éstas son originadas por la ingestión de alimentos o de agua, con agentes contaminantes biológicos como bacterias, virus o parásitos y químicos (histamina en pescados, plaguicidas, etc.) en cantidades suficientes para afectar la salud de los consumidores.
La contaminación cruzada (manipulación incorrecta de los alimentos), la aplicación incorrecta de temperatura en la cocción y que no se asegure la cadena de frío, son los principales factores que influyen en la ocurrencia de estos cuadros, principalmente en la conservación, preparación e ingesta de alimentos perecibles como carnes, pescados, mariscos, lácteos y otros.
Es por ello que el desarrollo de actividades recreacionales al aire libre típicas de este periodo de vacaciones (camping, paseos y picnics), consumo de alimentos crudos en fiestas costumbristas, caletas pesqueras, ferias libres, donde las condiciones de manipulación, conservación y consumo de alimentos no son adecuadas o el acceso al agua potable puede ser deficiente, se transforma en escenarios de riesgo de ETA.
En específico en la región de Antofagasta hemos puesto especial atención a la venta y consumo de pescados y mariscos, compartiendo en terreno abundante material informativo para locatarios y consumidores, y fiscalizando el riguroso cumplimiento de la normativa sanitaria.
De acuerdo con los datos obtenidos a través de la vigilancia epidemiológica de los brotes ETA, alrededor del 30% de estos eventos se relacionan al consumo de pescados y mariscos.
Entre los diagnósticos más importantes, destaca el envenenamiento escombroideo por pescado mal conservado (cadena de frío), que típicamente se presenta con un cuadro de rash cutáneo, prurito, cefalea, mareos, diarrea, fiebre y/o vómitos.
Otro evento de importancia en salud pública relacionado con el consumo de productos de mar es la enfermedad por Vibrio Parahaemolyticus, una bacteria presente en las aguas marinas y los mariscos de nuestro territorio, cuya concentración aumenta conforme se incrementa la temperatura del agua.
Para evitar este tipo de enfermedades es necesario atender algunas recomendaciones: compra y consume sólo en lugares autorizados que cuenten con hielo o mantengan la cadena de frío; trasládalos en contenedores con hielo, manteniendo la cadena de frío; lávate las manos con agua y jabón antes y después de preparar los alimentos; hierve los mariscos por al menos 5 minutos; y consume siempre pescado cocido.