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Gloria Trevi retorna a la pantalla para contar su historia en una bioserie

TELEVISIÓN. Producción tendrá 50 capítulos, que fueron grabados en 300 locaciones durante nueve meses.
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Agencias

Una de las cantantes más exitosas y polémicas de México volvió a la pantalla con la bioserie "Ellas soy yo, Gloria Trevi", a través de la plataforma ViX.

La producción ejecutiva y dirección de escena estuvo a cargo de Carla Estrada, quien detalló a Efe que fueron tres años de arduo trabajo y nueve meses de grabaciones para recrear la vida y los momentos más difíciles de la artista mexicana.

La obra, también escrita por Estrada, en conjunto con Erik Vonn, Lele Portas, y Marco Tulio Socorro, contará con un total de 50 capítulos, que se grabaron en 300 locaciones con más de 500 actores.

La directora señaló que, para esta bioserie, Gloria Trevi "cuenta su historia a partir de una madurez y tocando el éxito", buscando hacer conciencia entre las mujeres de su fortaleza y los distintos tipos de violencia a las que pueden estar expuestas.

"Al poner 'ella soy yo' es que todas podemos ser una y una podemos ser todas. Esta historia nos abre los ojos, nos cambia la perspectiva de lo que podemos hacer unidas (las mujeres), de lo que la violencia puede lograr en un hogar, en una familia y en una sociedad", comentó.

Una historia de lucha

La historia comienza con Gloria de los Ángeles Treviño Ruiz a sus 15 años, cuando viajó desde Monterrey a Ciudad de México para participar en un concurso televisivo.

La historia estará narrada desde la perspectiva de la cantante y no descarta los momentos más difíciles de su vida a lado de su depredador y mentor César Santiago, quien representa al productor Sergio Andrade, con quien estuvo acusada de estar involucrada en una presunta red de trata de menores.

Para la venezolana Scarlet Gruber, interpretar el papel de Trevi fue "muy enriquecedor".

"Fue un personaje que me transformó como persona", consideró.

La actriz y bailarina que da vida a la cantante mexicana reconoció que este papel también le abrió los ojos sobre el nivel de violencia que pueden vivir las mujeres.

Asimismo, expresó que su papel la llevó a extremos como profesional, porque usó todas sus herramientas como actriz.

"Hizo que me volviera una actriz mucho más completa, pero también una persona más libre, más fuerte y más consciente", abundó.

Empatía para trevi

Gruber, quien interpreta su primer papel estelar, dijo que si bien hay episodios muy traumáticos que son parte de la vida de Gloria Trevi, "todos esos momentos se abordan desde el respeto, el amor y la empatía".

En este sentido, esperó que el público pueda ver su vida con el mismo respeto y el amor impregnado por su elenco, ya que, afirmó, "fueron escenas complejas, difíciles de grabar".

Dijo que, para su papel, la artista mexicana le dio plena libertad para su interpretación.

"Gloria nunca me habló de términos laborales o de construcción del personaje. Nunca tocamos ese tema", enfatizó.

Sin embargo, relató que partió de la confianza depositada en Estrada, al ser ella quien dirigió su actuación en la bioserie de la cantante de temas como "Pelo suelto (1991)", "Con los ojos cerrados (1992)" y "Todos me miran (2017)".

Por su parte, Jorge Poza, manifestó que dar vida a César Santiago resultó "sumamente atractivo e interesante".

Reconoció que la construcción de su personaje fue "sencilla" porque "es un psicópata-narcisista y el instructivo de un psicópata-narcisista, César Santiago lo cumple a cabalidad. Todas las características, tanto del psicópata como del narcisista".

El actor mexicano también resaltó que el nivel de exigencia para la filmación de esta bioserie "fue de un nivel de nueve a 10 en requerimiento emocional, energético, psicológico".

"Todos los días había una exigencia, nunca fue un día igual", concluyó.

¿Qué hacer con la historia que separa?

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Hace algunos días estuve en la Feria del Libro de la Paz. Tuve la suerte de conocer en persona a escritores e historiadores que sólo había tratado virtualmente. Fue el caso del anfitrión Maurice Cazorla, de Oruro y los tacneños Juan Carlos Cuya y Martín Osorio. En otras palabras, nos reunimos por azar escritores no capitalinos de Bolivia, Perú y Chile.

El evento que nos convocó fue la presentación del libro "Diario de un ex combatiente de la Guerra del Pacífico", escrito por Manuel Pascual Claros García y editado por Juan Carlos Cuya. El editor es presidente de la Asociación de Estudios Históricos de Tacna.

El conversatorio asociado a esta presentación me produjo sorpresa. En primer término, porque vi a historiadores peruanos y bolivianos que no se sienten parte del discurso capitalino (igual que yo). En segundo término, porque consideran que ese discurso capitalino no ha sido justo con sus héroes de provincia (igual que yo). En tercer lugar, porque plantean que la mantención de verdades intocables no permitirá desmontar el odio y la desconfianza entre países (igual que yo) y por último, porque vi a historiadores cuya búsqueda objetiva de elementos históricos -que a veces revelan que sí hubo fallas del lado propio- es vista por sus connacionales casi como un acto de traición (igual que yo).

Las verdades construidas en las capitales de nuestros países son más que centenarias. Responden a una geopolítica del siglo XIX. Son -además- utilitarias, sirven a un fin nacionalista. Por último, son tan soberbias que incluso pasan por encima de sus provincias. Los héroes y las historias regionales suelen no tener lugar en los discursos centrales de estos países.

Una revisión desapasionada de la historia no significa que estemos sugiriendo revisar fronteras. Eso no nos compete. No nos engañemos. Peruanos y bolivianos seguirán pensando que los despojamos y nosotros que fue una contienda justa. Lo único que puede cambiar es empezar a construir confianza. Y, a partir de la confianza, construir futuro.

Nosotros, como escritores de temas históricos, tenemos una responsabilidad. Remecer una historia decimonónica recargada de patriotismo y dejar aflorar lo que pasó en realidad, la verdad histórica.

Wilfredo Santoro Cerda, Consejo Patrimonial de Mejillones.