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Irlanda, primer país del mundo en incluir advertencias para la salud en las etiquetas de bebidas alcohólicas

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El ministro irlandés de Salud, Stephen Donnelly, confirmó ayer que firmó una nueva ley para que todas las bebidas alcohólicas incluyan a partir de 2026 en el etiquetado el contenido calórico y advertencias sobre sus riesgos para la salud.

Además de los avisos que ya se incluyen actualmente, las etiquetas de las botellas de vino y otras bebidas alcohólicas harán referencia, "por primera vez en el mundo", a los riesgos que implica su ingesta para las embarazadas y su relación con enfermedades hepáticas y cánceres, entre otros, explicó el titular del ramo.

El anuncio llega después de que el Comité Europeo de Empresas del Vino (CEEV) presentó la semana pasada una denuncia formal ante la Comisión Europea (CE) pidiendo que abra un procedimiento de infracción a Irlanda por la ley -entonces aún en proyecto- del Gobierno de Dublín para indicar en el etiquetado del vino y otras bebidas alcohólicas que son nocivos para la salud.

El ministro insistió ayer en que esta nueva normativa otorgará a la ciudadanía "más conocimientos" sobre el contenido de las bebidas alcohólicas y "los peligros asociados" a su consumo, al tiempo que recordó que "simplemente, se alinea con la información sobre salud ya existente en "otros productos alimentarios".

Donnelly precisó que la ley entrará en vigor a partir de mayo de 2026 para dar tiempo a las compañías del sector a adaptarse a los cambios.

Relación con cáncer

"Celebro el hecho de que somos el primer país del mundo que da este paso e introduce un etiquetado sobre salud extenso en los productos alcohólicos. Esperamos que otros países sigan nuestro ejemplo", dijo el ministro del Gobierno irlandés.

La ONG "Alcohol Action Ireland" también aplaudió la medida adoptada y recordó que en torno a 7% de los cánceres de mama en mujeres están relacionados con el consumo de alcohol en este país.

Por el contrario, la CEEV aseguró la pasada semana, tras presentar su denuncia, que estas normas son "incompatibles" con el Derecho de la Unión Europea (UE): "Las disposiciones incluidas en las normas de etiquetado irlandesas son incompatibles con el Derecho de la UE y constituyen una barrera injustificada y desproporcionada para el comercio bajo la legislación de la UE".

Añadió que las reglas irlandesas "fragmentarán el mercado único de la UE al afectar a su correcto funcionamiento, dificultando de facto el acceso de productos de otros Estados miembros a Irlanda y generando una clara discriminación a los productos importados".

La historia perdida del naufragio más largo en América

EXPEDICIÓN. En 1593, Pedro Gobeo de Vitoria llegó a cavar su propia tumba tras hundirse su barco camino a Lima, pero sobrevivió y pudo contarlo.
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Agencias

Embarcó para América en 1593 cuando tenía 13 años, naufragó en la temida Costa de las Esmeraldas (Colombia, Ecuador), recorrió 840 kilómetros, vadeó ríos, comió culebras crudas y llegó a cavar su propia tumba, pero sobrevivió y lo contó en una obra ahora hallada en una universidad alemana, que llegará esta semana a las librerías españolas.

"Naufragio y peregrinación" es el título que el sevillano Pedro Gobeo de Vitoria puso al testimonio que dejó escrito en primera persona de aquella expedición, en la que murieron el 60% de sus integrantes y que publicó en la ciudad española de Sevilla en 1610.

Pese a haber contado con una traducción de su época en alemán y haber conocido una edición que se distribuyó por América hasta llegar a Chile, "Naufragio y peregrinación" se perdió casi por completo, hasta que el único ejemplar conocido fue descubierto en la Universidad de Mannheim por el latinista de la Universidad de Jaén Raúl Manchón Gómez.

"rareza extrema"

Fue el catedrático de literatura de la Universidad de Navarra Miguel Zugasti el encargado de la edición de este libro, considerado un texto de "rareza extrema", un 'unicum' -un único ejemplar de su primera edición de 1610- que escrito hace más de 400 años, narra en primera persona una expedición que durante dos años puso a prueba la resistencia humana.

Con el propósito de hacerlo llegar al público en general, Zugasti actualizó el texto para esta edición divulgativa, que no académica, en una narración que, según afirma en el prólogo el historiador Luis Gorrochategui, se equipara a los clásicos de la literatura de aventuras y merece "un lugar propio en la historia de la literatura", por "su belleza y por lo extraordinario de los hechos narrados".

Para los editores, se trata de "un rescate de primer orden para el mundo de las letras españolas" que narra la aventura de un grupo de 41 españoles que cruzan Panamá y, en un humilde "navichuelo", naufragarán en la costa del Pacífico y emprenderán una caminata de 840 kilómetros para llegar a Lima, casi dos años después de haber emprendido el viaje.

Dos años de sufrimiento

El relato de Pedro Gobeo de Vitoria, según Gorrochategui, se extiende entre 1493 y 1494, describe con detalle "los entresijos de las condiciones materiales y el alma de aquella época que forjó un imperio", sirve de "diario de una increíble expedición" y revela que la capacidad de resistencia y sufrimiento del ser humano puede llegar "a límites insospechados".

Tras describir las mayores penurias, como comer culebras y disputarse sus despojos con un par de compañeros, o sobrevivir gracias a los cangrejos que encontraba en las playas y que comía crudos mientras estos se defendían clavándoles sus pinzas en los labios, Pedro Gobeo de Vitoria cambió sus ansias de llegar a Perú para enriquecerse con oro por el ingreso en los jesuitas, cuyo hábito vestía al escribir este relato en el convento de Lima en 1597.

Para los editores sorprende la ausencia prácticamente total de noticias o referencias de Gobeo de Vitoria en los siglos posteriores a su aventura, ya que no figura en los repertorios de libros de viajes ni ningún investigador prestó atención a este sevillano, lo que explican en el hecho de que los ejemplares de su obra se perdieran.

"Naufragio y peregrinación" es el único libro conocido de Pedro Gobeo de Vitoria, quien por motivos que se desconocen, abandonó la orden jesuita, aunque mantuvo la condición de clérigo presbítero y se reclamaba licenciado cuando en 1631 accedió a un puesto oficial de la Inquisición en Sevilla, hasta morir hacia 1650.