Incendios en los campamentos
Una vez que inician las llamas su control se hace muy difícil por el material ligero de las casas, los problemas de accesibilidad y por ello siempre hay muchos damnificados. La solución final está en la erradicación y en avanzar en la entrega de soluciones habitacionales dignas a quienes se encuentran en un estado de precariedad y ante muchos peligros.
Es un tema recurrente, pero no por ello podemos verlo pasar sin recordar lo grave que es y las consecuencias que tiene. Nos referimos a los incendios que afectan a las improvisadas viviendas que se levantan en los campamentos del sector alto de Antofagasta o sitios retirados en otras comunas de la región. Todos ellos tienen el común denominador que arrasan con muchas viviendas y dejan decenas de damnificados.
El más reciente, ocurrido la madrugada del martes en la capital regional, es una muestra de este constante peligro al que están expuestos quienes habitan estos sectores. El resultado del fuego fue nueve viviendas consumidas y más de cuarenta damnificados, quienes perdieron todos sus enseres.
Obviamente que los incendios siempre provocan daños sin importar el lugar donde se produzcan, lo que se debe convenir es que en los campamentos la situación es aún más complicada, porque las viviendas se levantan con material ligero en extremo inflamable, están ubicadas en lugares de difícil acceso, sin grifos cerca y con nula prevención.
Las llamas una vez que inician consumen rápidamente las viviendas y sus habitantes quedan en la calle, dependiendo de la solidaridad de sus vecinos, porque en su mayoría son inmigrantes que no tienen redes de apoyo en la zona.
Quedan en la indefensión y enfrentando un drama del que no saldrán si no cuentan con la ayuda de vecinos y las autoridades, las que no pueden mantenerse al margen de estos casos.
El gran inconveniente es que el peligro seguirá latente en los campamentos y es necesario abordar la situación antes que debamos lamentar no solo pérdidas materiales, también humanas.
Lo importante es que estos pobladores deben organizarse e implementar medidas de prevención y un modo de actuar ante algún siniestro. Una tarea que pudiera ser coordinada por las unidades de emergencia de los municipios y bomberos.
También mejorar la accesibilidad y dotar de grifos o una red que permita a vecinos, y en especial a bomberos, sofocar las llamas para que el daño no sea mayor. Una medida preventiva que podría ser muy útil en caso de incendios.
No obstante, la solución final está en la erradicación y en avanzar en la entrega de soluciones habitacionales dignas a quienes se encuentran en un estado de precariedad y ante una serie de situaciones peligrosas.