Condena mundial a Corea del Norte: misil puso en serio peligro a habitantes de Japón
TENSIÓN. El proyectil de mayor rango hasta la fecha cubrió más de 4.000 kilómetros, sobrevoló todo el archipiélago y obligó a la población a evacuar y buscar refugio. EE.UU. solicitó una reunión urgente del Consejo de Seguridad de la ONU.
Corea del Norte realizó el lunes en la noche su quinto test balístico en diez días, elevando el tono de sus pruebas de este año con el lanzamiento de un misil de rango intermedio que sobrevoló el norte de Japón con una altura máxima cercana a los 1.000 kilómetros y recorrió la mayor distancia cubierta hasta la fecha por un proyectil norcoreano, unos 4.600 kilómetros.
El lanzamiento, que aterrorizó a los japoneses al sobrevolar el norte del archipiélago, y que hizo que se activara el sistema de alerta civil en la zona recomendando a la población buscar refugio ante un posible impacto, provocó la condena tranversal de la comunidad internacional.
El proyectil fue lanzado en un momento de renovada tensión que recuerda a la vivida en 2017, cuando tuvo lugar el último incidente de este tipo, y mientras siguen las advertencias de que Pionyang tendría ya lista una nueva prueba nuclear, que supondría también la primera para el régimen en cinco años.
Entre las múltiples reacciones al disparo del misil balístico norcoreano, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, transmitió ayer al primer ministro japonés, Fumio Kishida, "el compromiso inquebrantable" de su país con la defensa nipona.
Según un comunicado de la Casa Blanca, ambos dirigentes mantuvieron una conversación telefónica en la que condenaron el hecho "en los mayores términos" y afirmaron que se trata de un "peligro" para el pueblo japonés, que desestabiliza la región y que es una violación "clara" de las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU.
Biden y Kishida señalaron que seguirán coordinándose "de cerca" en su respuesta "inmediata y a largo plazo" a Corea del Norte tanto a nivel bilateral, como trilateral con Corea del Sur, y con la comunidad internacional.
A su vez, hablaron sobre "la importancia" de la vuelta inmediata y la resolución de los casos de los ciudadanos japoneses "secuestrados" por Pionyang, y sobre la continuación de los esfuerzos para limitar la capacidad norcoreana de proseguir con sus programas de misiles balísticos y de armas de destrucción masiva.
Reunión con la ONU
Estados Unidos, además, solicitó que el Consejo de Seguridad de la ONU se reúna de forma urgente hoy para abordar el nuevo lanzamiento.
El proyectil lanzado por Pionyang, cayó en aguas del Pacífico y fuera del espacio económico exclusivo de Japón, según el Ministerio de Defensa, que por el momento no ha detectado ningún daño en aeronaves ni embarcaciones en la zona.
El nuevo lanzamiento norcoreano tiene lugar después de que Tokio, Washington y Seúl llevaran a cabo la semana pasada maniobras conjuntas en el mar de Japón con objeto de contrarrestar los desarrollos armamentísticos norcoreanos de SLBM (misiles balísticos que se disparan desde un sumergible)", en las que participó el portaaviones estadounidense USS "Ronald Reagan".
Por su parte, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, condenó ayer "enérgicamente" el lanzamiento y pidió a Pionyang "abandonar sus programas nucleares y de misiles balísticos y comprometerse con la diplomacia"
"Condeno enérgicamente las peligrosas y desestabilizadoras pruebas de misiles de Corea del Norte que violan las resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas", escribió el político noruego en Twitter.
De igual manera, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que condena "enérgicamente el intento deliberado de Corea del Norte de poner en peligro la seguridad en la región, disparando un misil balístico sobre Japón. Una agresión injustificada y una flagrante violación del derecho internacional".
Por otro lado, Washington y Tokio acordaron reforzar el poder disuasorio y de respuesta militar de su alianza tras el nuevo test. Los jefes diplomáticos de ambos países, Yoshimasa Hayashi y Antony Blinken, en conversación telefónica, "condenaron enérgicamente el lanzamiento por considerarlo una amenaza grave e inminente para la seguridad de Japón y un claro y serio desafío a la comunidad internacional".