Instalación de juegos informales en el Parque Brasil divide a los vecinos
CIUDAD. Algunos residentes y visitantes del sector valoran este tipo de oferta por limitadas opciones de esparcimiento en la ciudad, aunque sostienen que deberían operar de manera ordenada.
La falta de áreas de esparcimiento que registra la comuna de Antofagasta, una de las zonas del país con más baja proporción de áreas verdes, ha posicionado al Parque Brasil en un sitio de alta presencia de público por la superficie de vegetación y juegos infantiles pertenecientes al mobiliario público.
Una alternativa de distracción para menores de edad de familias del sector, como también de otras zonas de la ciudad. A esta opción de pasatiempo se agrega la oferta de ambulantes dirigida principalmente al público infantil con camas elásticas, juegos inflables, atriles para dibujar, "pinta caritas" y golosinas.
Este tipo de comercio en este denominado "pulmón verde" de la ciudad, lo conforman unas ocho familias. Algunos de los integrantes de estos grupos familiares durante las noches duermen al interior de algunos de los toldos en que se han instalado, o incluso bajo algunas de las mismas camas elásticas, para evitar robos de sus pertenencias.
Como parte de su campaña para recuperar espacios públicos ocupados por el comercio ambulante el alcalde de Antofagasta, Jonathan Velásquez (Ind), el jueves pasado dio a conocer un operativo del municipio junto a Carabineros para retirar los puestos de comercio informal instalados en el lugar.
"Hemos acudido junto a Carabineros, personal de Seguridad Pública y Seguridad Ciudadana a sacar estos juegos inflables que tan mal hacen a la gente que vive en el sector de la avenida Brasil. Hemos recibido denuncias, que en los últimos días, han ocurrido asaltos, robos; además hay gente que duerme en este lugar, hacen sus necesidades en este mismo sector", dijo.
"Este es un sector residencial donde vive mucha gente. Este espacio es para los niños, para que vengan a pasear junto a sus familias y mascotas. Y como siempre lo digo, tenemos que recuperar nuestros espacios públicos", sostuvo Velásquez en un video de sus redes sociales.
No obstante la declaratoria, pasado el mediodía de hoy (ayer), permanecían en el lugar los toldos de los ambulantes.
Según comenta Enrique Gutiérrez (40), quien junto a su familia paseaba la tarde del lunes en el Parque Brasil, la oferta de juegos infantiles del sector debería operar de manera formalizada.
"La idea es que tengan regularizados sus papeles, que funcionen, pero con permisos. Los niños se aburren de los juegos que están acá (mobiliario público), y esto representa una alternativa", afirma.
Una opinión en la que coincide Jeannette Villarroel (54), quien en unas de las bancas del lugar compartía ayer con algunas amigas a pocos pasos de algunos de los toldos con juegos infantiles.
"Es una forma de entretención para los niños, pero no hay alguien a cargo para que haya un poco más de limpieza. Si les dieran permisos para trabajar acá, quizás sería lo mismo a como están ahora. Una opción sería tal vez una especie de puestos, más ordenados y establecidos", expresa. Mientras que María José Ponce (40), residente del sector, reconoce que ante las escasas opciones de distracción en la ciudad esta "oferta" de juegos infantiles contribuye como una oferta de distracción.
En el lugar
Desde el municipio de Antofagasta reiteraron que los juegos infantiles instalados en el Parque Brasil corresponden a comerciantes ambulantes que trabajan sin permiso en el sector.
Marcelo Vera (55), quien posee dos camas elásticas que ofrece por un cobro por determinada cantidad de minutos, afirma que han intentado sin éxito gestionar algún tipo de autorización del municipio. "Llega mucha gente en las tardes, vienen con los niños. En la noche incluso llegan familias completas para preguntar por los juegos. Es una entretención con la que no cuentan donde viven. Además este es el único trabajo para las familias que están acá (…) Hay una alta inversión también de las familias".
Según comenta Vera, el jueves pasado personal del municipio les notificó que no podían permanecer el lugar con sus puestos debido que este corresponde a un espacio público que pertenece al Estado.
"Nos dijeron que teníamos que retirarnos, pero ¿adónde nos vamos a ir si las camas inflables son gigantes' y además con esto trabajamos (…) Estamos corriendo el riesgo de seguir acá y de que nos lleven todo", agrega Vera, quien reconoce que cada noche duerme bajo un toldo para resguardar las pertenencias con las que cuentan, que desconocidos hace un tiempo robaron de algunos puestos.
Según reconocen algunos ambulantes del Parque Brasil para operar en este rubro algunas familias han invertido parte importante de su patrimonio, con montos cercanos a los $6 millones entre juegos inflables, generadores eléctricos y traslados desde Santiago.
"Este espacio es para los niños, para que vengan a pasear junto a sus familias y mascotas".
Jonathan Velásquez, Alcalde