Ciclista sin una pierna inicia recorrido desde el extremo norte hasta Cabo de Hornos
DESAFÍO. "Waldo en Ruta", es el proyecto que busca motivar a las personas con un ambicioso viaje, que incluso, podría llegar hasta Alaska.
Como consecuencia de un desafortunado escopetazo que alcanzó a su pierna derecha, Waldo Correa (50), tuvo que someterse de urgencia a un procedimiento de amputación. El accidente, lo motivó a buscar una misión para su vida, la que encontró recientemente, cuando ideó el proyecto "Waldo en Ruta", un desafío que lo llevará a recorrer el país, -desde Visviri hasta Cabo de Hornos-, en una bicicleta sin ningún tipo de adaptación.
El hombre acompañaba a unos amigos aficionados a la caza, en la Quinta Región, cuando uno de ellos le disparó por accidente.
"Hace 25 años vivía y trabajaba en Viña del Mar. Un fin de semana me invitaron a cazar conejos. Íbamos pasando alambrados y a uno de mis acompañantes, se le enredó la escopeta en un alambre de púas y se le escapó el tiro. Estuve 45 minutos desangrándome al interior de Peñablanca. De ahí hicieron el torniquete y fueron a buscar la camioneta para enviarme al hospital de Quilpué, desde donde me llevaron en ambulancia a Viña. Ahí estuve 2 semanas en la UCI y decidí que me amputaran", relató.
El también fotógrafo, audiovisualista, guía de trekking, profesor de yoga y ciclista; estableció su último centro de operaciones -como él mismo lo denomina- en Antofagasta, zona en la que aprovecha de generar recursos en el semáforo ubicado frente a Inacap, antes que le toque emprender su viaje hacia el norte, en unas os semanas más, indica.
Recorrido
En palabras de Waldo, el proyecto se divide en tres partes. Primero, irá desde Antofagasta -aunque probablemente "haciendo dedo"- hasta Visviri en el extremo norte, donde se quedará unos días para aclimatarse a la altura.
Luego, planea recorrer los pueblos de la zona, hasta descansar unas semanas en Arica, donde volverá a generar ingresos para partir a La Serena, en lo que sería la segunda etapa de la ruta.
"De ahí quiero devolverme en bicicleta hasta el extremo sur, hasta el verdadero fin del mundo que es Cabo de Hornos, un pueblito chileno que está más allá de Ushuaia", agregó. Todo este recorrido, estima que lo realizará entre 1 a 2 años. No tiene prisa.
No obstante, la meta del ciclista es continuar viajando. Sin retorno. "Después me devuelvo por Argentina hasta Alaska. No te digo que 100% con bicicleta, tal vez lo hago en moto", mencionó el viajero, quien incluso evalúa conocer Europa en los próximos años.
Historia
Pero, ¿cómo comenzó a andar en bicicleta sin adaptación?
Waldo dice que nunca fue ciclista. En una celebración de Fiestas Patrias, mientras compartía con su familia cerca de Vallenar, se ofreció para ir a comprar a un almacén. El problema, es que el local estaba a 2 kilómetros, por lo que tomó la bicicleta de su prima y en una bajada, se soltó.
"Empecé a andar y dije, esta es la mía: en bicicleta voy a hacer el viaje (...) Fui mochilero por mucho tiempo y llegué hasta Lima, por lo que pensaba hacer el mismo recorrido caminando, pero el problema era el peso. Llevar comida, las cámaras y el computador", sostuvo.
En ese momento, dejó todo atrás. Se compró un vehículo Station Wagon y se instaló en una playa por 5 meses, donde se empapó más con el estilo de vida de un mochilero.
Tras ese periodo, se marchó a La Serena, donde tuvo su primer centro de operaciones, aunque su estancia allí se prolongó por más de 3 años a causa del estallido social y la pandemia.
Con el tiempo y gracias a un patrocinio, se compró su primera bicicleta, la que bautizó como Dulcinea. De hecho, el mismo Waldo mantiene un bigote inspirado en Don Quijote y Salvador Dalí.
Respecto a este proceso señala que "cuando le puse las alforjas y le empecé a meter peso fue un entrenamiento, porque es difícil. Cualquier movimiento se te va y el manubrio hay que agarrarlo fuerte. Fueron 6 meses para acostumbrarme, por eso siempre estoy con peso".
"Tómala, siéntele el peso", dice entre risas.
Unos 40 kilos pesa la bicicleta, entre las muletas, cámaras, saco de dormir, paneles solares, repuestos y las alforjas cargadas con utensilios de cocina, comida y agua.
Aun con el equipamiento, casi todos los días sobrepasa a algún ciclista que anda ligero. "Un caballero me dijo, estoy pasando por una cuestión re fome emocionalmente, pero te vi y me cambiaste el chip. Eso es lo que busco", indicó.
"Tengo una discapacidad, pero no soy discapacitado. Voy a ser el primer cicloturista en Chile y tal vez en el mundo (en hacer la ruta). He visto que algunos andan en bicicleta, pero no cargados", precisó.
Recursos
Waldo espera vivir de esto, viajando y motivando a las personas que lo conozcan. De hecho, una de sus misiones, es dar charlas en establecimientos rurales, para poder cambiarle el "chip" a los más pequeños.
Ahora, continúa trabajando frente a Inacap, reuniendo fondos para la travesía, aunque cuenta, que todavía espera algún patrocinio que le ayude a cubrir necesidades para el viaje, como equipamiento y ropa técnica; o también un nuevo computador para editar los videos, debido a que todo será cubierto en su canal de Youtube, Waldo en Ruta.