Chile inauguró un Observatorio de Cambio Climático único en el mundo
CALENTAMIENTO GLOBAL. La red de monitoreo comienza en el desierto y llega hasta la Antártica e incluye un sensor en la Fosa de Atacama. "Es como un planeta dentro de un país, un laboratorio natural", dicen los científicos.
Agencias
Desde el desierto de Atacama hasta la Antártica se distribuyen los cientos de sensores y medidores que dan vida al primer Observatorio de Cambio Climático de Chile (OCC), una plataforma inaugurada este jueves que recogerá la data más variada y completa del mundo sobre calentamiento global.
Con más de 4.000 kilómetros de longitud o más de 8.000 si se cuenta el continente helado, nuestro país es "ideal" para analizar las variaciones del cambio climático en las distintas latitudes y predecir eventos meteorológicos futuros, según los expertos.
"El observatorio ofrecerá información ambiental de manera abierta y estandarizada fundamental para la análisis del cambio climático a escala mundial", explicó a agencia Efe el ministro de Ciencia chileno, Andrés Couve, desde Punta Arenas, donde se lanzó esta iniciativa.
Sudamérica, agregó, dispone de datos ambientales "muy limitados" y esta iniciativa "viene a llenar ese vacío" con amplia información sobre temperaturas, precipitaciones, radiación solar o viento.
Se trata de un proyecto pionero en la región, aunque sí existen iniciativas similares como la plataforma Lter en Estados Unidos o la red de análisis de ecosistemas Tern en Australia, detalló Sharon Robinson, climatóloga y especialista en la Antártida de la Universidad de Wollongong (Australia).
"Lo destacable es que el observatorio chileno es el que más rango latitudinal cubre del mundo y el mayor del hemisferio sur", relató la experta, tras participar de forma virtual en el Congreso Futuro.
Un laboratorio natural
El OCC es una plataforma gubernamental que unifica la información de bases datos y sensores que se ubican entre la ciudad de Arica, en la frontera norte con Perú, y la Antártida y que pertenecen a instituciones públicas y privadas.
Entre los participantes destacan el Instituto Antártico Chileno (Inach), la Dirección Meteorológica de Chile (DMC) Y el Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB), aunque el objetivo es llegar a realizar alianzas con entidades internacionales que permitan hacer crecer la red.
Roberto Rondanelli, investigador del Centro de Ciencia del Clima y la Resiliencia (CR2) de la Universidad de Chile, señaló que el país posee desde el desierto más seco hasta una de las zonas más lluviosas del mundo, en los glaciares de Campo de Hielo Sur.
"Al tener distintos climas y radiaciones solares, este país es una fantástica red de observación. Es como un planeta entero dentro de un país. Un laboratorio natural", añadió.
El OCC aspira incluso a contener información de un pionero sensor de océano que se ubicará en las profundidades de una de las fosas más profundas de planeta, la Fosa de Atacama, el punto de contacto entre la placa de Nazca y la placa suramericana, a más de 8 kilómetros de la superficie.
De forma inédita, esta semana un grupo de científicos del Instituto Milenio de Oceanografía (IMO), impulsados por el empresario y explorador estadounidense Víctor Vescovo, inició la primera expedición tripulada al interior de la fosa para estudiar la ubicación del sensor.
Una pieza clave
Otro de los hitos del proyecto es la instalación de 21 estaciones multiparamétricas en la Antártida que medirán el clima en tiempo real, afirmó Marcelo Leppe, director del Instituto Antártico Chileno.
"Hasta ahora no estábamos sensorizando ni midiendo la temperatura en el continente blanco, el más importante para la regulación de clima planetario", esgrimió.
Las estaciones se ubicarán de manera lineal entre la base Escudero, ubicada en la isla Rey Jorge, donde hay bases científicas, y la Estación Polar Científica Conjunta Glaciar Unión, en los montes Ellsworth.
Debido a las interacciones oceánicas y atmosféricas, indicó Leppe, la Antártica y su clima "tienen un impacto a nivel mundial y sirven para predecir algunos fenómenos climáticos".
"Estudiar esta zona del planeta y conocer cómo se comportan su temperatura y sus precipitaciones abre una nueva ventana para el análisis del cambio climático en el mundo", concluyó.