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Moléculas de Marte: origen no es biológico

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Otro estudio de Carnegie (EE.UU.), publicado en Science, determinó que las moléculas halladas en el meteorito Allan Hills (ALH) 84001, procedente de Marte y hallado en la Antártica, no tienen origen orgánico, sino que se sintetizaron como resultado de interacciones entre agua y rocas hace 4.000 millones de años. El estudio detalla que las rocas marcianas experimentaron dos procesos geoquímicos importantes. El primero, bautizado como serpentinización, ocurre cuando rocas ricas en hierro o magnesio interactúan químicamente con agua en circulación, lo que produce hidrógeno. El segundo, carbonización, implica la interacción entre rocas y agua un poco ácida con dióxido de carbono disuelto, y que forma minerales carbonizados.

Observan por primera vez cómo una estrella deforma a su exoplaneta

FUERZA COLOSAL. El efecto se conoce como "balón de rugby" y es similar al que provoca la Luna sobre las mareas en nuestros océanos, solo que en el caso de WASP-103b es su sol el que lo tiene ovalado, al estar mucho más cerca.
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Agencias

Un equipo internacional de científicos observó por primera vez cómo un exoplaneta ha sido deformado por la fuerza de su estrella anfitriona, un efecto conocido como "balón de rugby" del que, hasta ahora, los astrónomos solo habían teorizado.

Los resultados de este trabajo, en el que participaron investigadores del Centro de Astrobiología (CAB) de España, se publican en la revista Astronomy & Astrophysics.

Los datos, proporcionados por la misión CHEOPS de la Agencia Espacial Europea (ESA), revelan que el exoplaneta WASP-103b ha sido deformado por las potentes fuerzas de marea entre el planeta y su estrella anfitriona, WASP-103, más caliente y más grande que nuestro Sol.

"Este exoplaneta tarda menos de un día en dar la vuelta a su estrella y su forma es más parecida a la de un balón de rugby que a la de una esfera", dice Jorge Lillo-Box, investigador del Centro de Astrobiología y coautor del estudio.

El fenómeno no es extraño. En la Tierra, por ejemplo, se producen las mareas de los océanos, resultado de la influencia de la Luna que "tira" ligeramente de nuestro planeta mientras nos orbita.

El Sol también tiene un efecto, pequeño pero significativo, sobre las mareas, pero está demasiado lejos de la Tierra como para causar grandes deformaciones.

Planeta gaseoso

En este caso, la estrella alrededor de la cual gira el exoplaneta, denominada WASP103, en la constelación de Hércules, tiene una temperatura similar y es unas 1,7 veces más grande que nuestro Sol.

El exoplaneta, WASP-103b, es un planeta gigante gaseoso con casi el doble del tamaño de Júpiter y 1,5 veces su masa y su extrema cercanía a su estrella anfitriona podría causar mareas gigantescas, algo que hasta ahora no había podido confirmarse.

Utilizando nuevos datos del telescopio espacial Cheops de la ESA, combinados con datos obtenidos por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA/ESA y el Telescopio Espacial Spitzer de la NASA, la comunidad astronómica pudo detectar cómo las fuerzas de marea deforman al exoplaneta WASP-103b, dándole una forma ovalada.

Estos datos se complementaron con imágenes de alta resolución espacial del instrumento AstraLux, en el Observatorio de Calar Alto (Almería), gracias a los cuales se pudo confirmar el origen de la señal.

Cheops

Cheops mide los tránsitos de exoplanetas, es decir, los cambios de luz que se producen cuando un planeta pasa por delante de su estrella pero en esta ocasión, su alta precisión permitió detectar la diminuta señal que indica que WASP-103b está sufriendo una deformación causada por las fuerzas de marea.

Los datos de Cheops permitieron también derivar un parámetro denominado número de Love, que mide cómo se distribuye la masa dentro de un planeta, lo que puede dar información sobre su estructura interna y los materiales y determinar en qué proporción puede ser rocosa, gaseosa o líquida.

"Entender esta estructura interna es esencial para comprender los procesos de formación y evolución de sistemas planetarios", apunta Jorge Lillo-Box.

El número de Love del exoplaneta WASP-103b es similar al de Júpiter, lo que sugiere que la estructura interna podría ser similar, a pesar de que WASP-103b tiene el doble de radio.

Esto se debe a que está "inflado", probablemente por el calor que emana su estrella anfitriona y por otros mecanismos que en el futuro se podrán estudiar con el Telescopio James Webb, el mayor observatorio espacial de la historia que ayudará a averiguar muchas más cosas sobre la estructura interna y el núcleo de los exoplanetas y su formación.

El estudio también señala que el periodo orbital de WASP-103b podría estar aumentando y que el planeta se está alejando lentamente de la estrella, lo que indicaría que, junto a las fuerzas de marea, hay otro factor que influye en el planeta, pero será necesario llevar a cabo más observaciones para averiguar por qué está ocurriendo esto.

1,7 veces más grande que nuestro Sol es la estrella WASP103, causante de tener a un exoplaneta como pelota de rugby.

Regeneran el cartílago de la rodilla de un conejo con impulsos eléctricos

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Un equipo de bioingenieros logró regenerar el cartílago de la rodilla de un conejo gracias a una estructura hecha de un polímero biodegradable que tiene una propiedad llamada piezoelectricidad que, cuando se aprieta, produce una pequeña ráfaga de corriente eléctrica.

Un equipo de la Universidad de Connecticut (EE.UU) consiguió así volver hacer crecer un cartílago en la articulación del animal, lo que supone "un salto prometedor hacia la curación de las articulaciones en los seres humanos", señala el centro educativo.

La artritis es una enfermedad común y dolorosa causada por daños en las articulaciones, donde normalmente unas almohadillas de cartílago amortiguan esos puntos, pero las lesiones o la edad pueden desgastarlo y los huesos comienzan a rozar entre sí. Los mejores tratamientos disponibles tratan de sustituir el cartílago dañado por una pieza sana tomada de otra parte del cuerpo o de un donante.

Algunos investigadores han tratado de inducir al cuerpo a hacer crecer un nuevo cartílago amplificando los factores de crecimiento químicos y otros intentos se basan en una especie de "andamio" de bioingeniería para una base de tejido nuevo.

Sin embargo, el cartílago así regenerado "se rompe bajo las tensiones normales de la articulación", según el bioingeniero de la Universidad de Connecticut Thanh Nguyen.

El estudio que publicó Science Translational Medicine describe el método usado por el laboratorio de Nguyen, el cual descubrió que las señales eléctricas son fundamentales para el crecimiento normal del cartílago.

Anima a las células

El equipo diseñó un andamio tisular hecho de nanofibras de ácido poli-L láctico (PLLA), un polímero biodegradable que suele utilizarse para suturar heridas quirúrgicas y tiene propiedades piezoeléctricas.

El movimiento regular de una articulación, como el de una persona que camina, puede hacer que el andamio de PLLA genere un campo eléctrico débil pero constante, que anima a las células a colonizarlo y convertirse en cartílago, explica la casa de estudios.

Los investigadores probaron la técnica en la rodilla de un conejo lesionado, al que se le permitió subir a una cinta de correr para hacer ejercicio después de implantarle el andamio y, "tal como se preveía, el cartílago volvió a crecer con normalidad".

La piezoelectricidad es un fenómeno que también existe en el cuerpo humano. El hueso, el cartílago, el colágeno, el ADN y varias proteínas tienen una respuesta de este tipo.

Nguyen considera el resultado "fascinante", aunque prefiere mantener la prudencia porque aún tienen que probarlo en un animal con un tamaño y peso parecido a los del ser humano.

Además, quieren observar a los animales tratados durante al menos un año, para asegurarse de que el nuevo cartílago es duradero.

El científico considera que también "sería ideal probar los andamios de PLLA en animales más viejos", pues en las personas la artritis suele ser una enfermedad de la vejez.