Musculatura democrática
Dra. Francis Espinoza F. Académica UCN
Se ha preguntado usted ¿qué tan musculosa es nuestra democracia? Yo me imagino que no sólo la pandemia la ha transformado de un 'fitness' a un 'fatness' (como dice mi ayudante de investigación Kaynna Valenzuela), sino la caída en picada de la imagen de Chile sin corrupción. Particularmente, sólo me había hecho otros cuestionamientos sobre cuán sanos o contemporáneos son nuestros procesos democráticos y los grados de robustez de nuestras instituciones.
El profesor del Instituto de Ciencias Políticas de la UC, Dr. David Altman, se refiere a la necesidad de ir creando musculatura para ir contrarrestando la corrupción institucional en función de una mayor participación ciudadana en la toma de decisiones (webinar, "Democratic Innovations: The Role of Direct Democracy", 06/10/2021). Sin embargo, el fortalecimiento de los músculos democráticos de los países de América Latina tiene más que ver con situaciones concretas a nivel internacional que salpican las políticas domésticas como los casos de Odebrecht-Lava Jato (más de 30 años de corrupción en la región en relación a lavado de activos y aportes millonarios a campañas y políticos), y más recientemente los paraísos fiscales con 'Pandora Papers'.
Como el mito del eterno retorno (Mircea Eliade, 1949), el bullado caso de 'Pandora Papers' nos vuelve a explotar en la cara y produce un efecto dominó, resquebrajando un presidencialismo monárquico (Agustín Squella, CNN, 05/11/2019) o hiper-presidencialismo, tensionando fundamentalmente nuestro modelo de desarrollo eminentemente extractivista, y cuestionando con profundidad al poder judicial (Ministerio Público y Tribuales de Justicia) en su toma de decisiones en 2017, respecto a la inexistencia de delito y a la falta de participación del Presidente. Esto nos hace pensar que hay toda una complicidad tóxica en el país que sostiene y justifica a los intocables de siempre.
La prensa internacional y nacional han copado sus agendas mediáticas con la intervención familiar del Presidente Sebastián Piñera en Pandora Papers, mientras que en el Parlamento se discute con más fuerza la acusación constitucional en contra del primer mandatario. Iván Weissman es enfático en señalar que un gobierno de derecha, pero con ayuda del Congreso, está sepultando la transición, profundizando en el desplome de las instituciones y convirtiéndose en protagonista del populismo (El Mostrador, 06/10/2021). Sin embargo, Anne Applebaum (2021) plantea que las democracias liberales de Occidente están constantemente asediadas por el auge del populismo. Si es como dice Weissman y no una problemática pandémica como afirma Applebaum, eso SÍ sería generar grandes cambios a la democracia y sacarle la musculatura al sistema político institucional. Pero a lo mejor no habría tanto mérito de un último gobierno de hacernos vivir un período de post-democracia (Colin Crouch, 2020), sino que deberíamos reconocer que nuestra democracia moderna se cae a pedazos.
La corrupción, el acceso privilegiado a la información y el abuso de la institucionalidad para sacar réditos personales constituyen el cáncer de las sociedades latinoamericanas. Haciendo un análisis más profundo, Michael J. Sandel en su texto La Tiranía del Mérito. ¿Qué ha sido del bien común? (2020) da cuenta de los dos males de las sociedades occidentales, en especial las nuestras: la desigualdad económica y la polarización. Se hace difícil pensar en una robustez político-institucional si las necesidades básicas de la ciudadanía no están cubiertas, reflexionando sobre la pirámide de Abraham Maslow (1943) y las expectativas socio-económicas de Chile post-pandemia. El síntoma fatal de nuestra 'delgadez política' lo vemos justamente en la construcción de una democracia que en cada iniciativa de ley o discusión país se torna en un bando contra otro. Los resultados de las encuestas muestran que las candidaturas presidenciales también están tirando el elástico hacia los extremos y el centro, como un 'país imaginado' (Eduardo Berti, 2011), está lejos de ser otra cosa que una utopía en el ideal pobre de nuestra democracia debilucha. Para fortalecer nuestra musculatura política se requiere reforzar las instituciones, educar en una gobernanza con ética y hacer realidad nuestro sueño país en tiempos que requieren cambios del alma.
"La corrupción, el acceso privilegiado a la información y el abuso de la institucionalidad para sacar réditos personales constituyen el cáncer de las sociedades latinoamericanas".