La búsqueda de ciudades amigables
El diagnóstico regional apunta a que los habitantes de las distintas comunas sienten que no hay avances en mejorar las calidad de vida y promover el arraigo local. Los recursos no son infinitos pero están los suficientes para que apoyados en buenos proyectos y con un lineamiento determinado se empiece con una tarea que no será corta, pero que alguna vez tiene que partir.
Uno de los grandes desafíos que deben enfrentar nuestras actuales autoridades regionales y comunales, es lograr que las ciudades sean más amigables y menos contaminadas. Esta demanda de los habitantes de las distintas comuna no es nueva, pero en el último tiempo se ha retomado con fuerza y ya es parte de las exigencias ciudadanas.
Al decir más amigables entendemos el amplio concepto de ser acogedoras, de entregar bienes y servicios óptimos y disponer de una cantidad suficiente de lugares de esparcimiento y deportivos. Todo ello apoyado por la reducción de agentes contaminantes que son los grandes responsables de no contribuir con el asentamiento.
El mejorar la calidad de vida responde a ello y esas demandas ciudadanas deben ser bien acogidas y tratadas en la dimensión que merece para buscar respuestas.
Las autoridades recientemente asumidas conocen de esas aspiraciones y han respondido a través de su oratoria y con la ejecución de algunas mejoras que no pasan de ser cosméticas. Se dirá que la gestión comienza, pero también deben coincidir que del discurso se debe pasar a la acción y a los cambios estructurales.
Claramente que las líneas de acción y las responsabilidades no son iguales para todos. No obstante, se requiere de un trabajo colaborativo y de experiencia para que se materialicen en hechos concretos las buenas intenciones de los involucrados.
Muestras claras como las del gobernador regional, Ricardo Díaz, que ha hecho un recorrido por las distintas comunas, desde antes de su elección, para conocer las necesidades de los distintos territorios. Junto a ello, se reunió con los jefes comunales y compartieron conocimientos y hablaron sobre la estrategia de desarrollo que se debería seguir.
Apoyo garantizado pero serán los alcaldes quienes deberán poner en marcha sus políticas orientadas en mejorar la calidad de vida de sus respectivas ciudades. Ya no como un desafío si no como una tarea obligada y exigida por la comunidad a la que representan.
Los recursos no son infinitos pero están los suficientes para que apoyados en buenos proyectos y con un lineamiento determinado se empiece con una tarea que no será corta, pero que alguna vez tiene que partir y mostrar los avances que hagan que la gente, la comunidad sienta que se avanza.