"Cada día de trabajo es un nuevo desafío que enfrentar, de aprender y enriquecerte"
Se declara una enamorada de su profesión. Fabiola Rubia Aróstica a sus 33 años es tecnólogo médico y directora técnica de un laboratorio clínico de la ciudad. Titulada de la Universidad de Antofagasta cuenta que debido a la pandemia su labor "refleja la importancia de lo que hacemos en el 'detrás de cámara' de las atenciones".
"A pesar de no tener una atención directa con las personas, hemos demostrado que nosotros como tecnólogos médicos no perdemos la empatía por el otro, y que depositamos lo mejor de nuestra formación", recalca.
¿Dónde creciste y qué recuerdos guardas de tu infancia?
-Primogénita nacida y criada en la región de Antofagasta junto a mis padres y hermana. Recuerdo con mucha nostalgia, las juntas familiares numerosas, las horas de conversación y diversión ilimitada con mis primos y amigos, las jugarretas en la calle, en el barrio, los regalitos a escondidas que me daban mis abuelos, los que aceptaba como el mayor secreto que pudiera existir, los largos viajes en auto recorriendo todo el país. Tuve la fortuna de estar rodeada de mucho amor siempre.
¿Qué te apasiona de tu profesión?
-El laboratorio clínico es un mundo increíble. Me ha permitido conocer, día a día la gran responsabilidad que hay detrás de un resultado de laboratorio, y el cómo esto puede impactar en una persona, en sus decisiones, en salud y su vida. Tengo muy presente que detrás de cada muestra, más que un paciente, hay una persona que deposita su confianza en ti, sin conocerte.
Soy directora técnica de laboratorio, tecnólogo médico de profesión y cada día de trabajo es un nuevo desafío que enfrentar, de aprender y enriquecerte de experiencias, e intento transmitir ese entusiasmo en mi equipo de trabajo.
El arduo trabajo que hay en el laboratorio es desconocido por muchos. Ahora más que nunca, debido a pandemia, refleja la importancia de lo que hacemos en el "detrás de cámara" de las atenciones , también como parte fundamental del equipo clínico, de nuestra calidad como profesionales de la salud y que ha pesar de no tener una atención directa con las personas, hemos demostrado que nosotros como tecnólogos médicos no perdemos la empatía por el otro, y que depositamos lo mejor de nuestra formación y que sabemos muy bien que nuestro trabajo puede impactar la vida de otra persona. Siempre me ha apasionado el mundo del laboratorio clínico. Paso el mayor tiempo de mis días allí, es una profesión que me entrega conocimientos y enamora cada día, es parte de mi vida.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
-Sin duda cualquier desarrollo de forma natural de flora y vegetación entre todo este enorme y bello desierto, siempre llama mi atención y admiración. Como por ejemplo el Humedal de La Chimba.
¿Cuál es la principal enseñanza que te dejaron tus padres?
-A no esperar nada a cambio cuando entregas lo mejor de tu persona. Dar siempre lo mejor de ti en todo aspecto sin importar las consecuencias. A no rendirte, a seguir tus sueños. Y por supuesto, mucho amor a los animales.
¿Quiénes han sido tu inspiración en la vida, a quiénes admiras?
-Es difícil definir a alguien, ya que todas las personas que he conocido a lo largo de mi vida, tienen particularidades que he admirado y me han formado en varios aspectos. Mis padres, mis pilares fundamentales en toda mi vida. Mi hermana, mis tías y tíos, mis abuelos, mis amigos. Las virtudes, bondades y esencias de cada uno que sin duda influyeron y siguen influyendo en los aspectos de mi vida.
¿Cómo te definirías a ti misma como persona, cuáles son tus fortalezas y flaquezas?
-Me considero una persona templada, que disfruta de las cosas simples pero valiosas como la compañía de mi familia, y pasar un buen rato con mis amigos más cercanos.
Mi mente siempre va a mil por hora. Suelo crear miles de posibilidades y escenarios imaginarios de situaciones de distinta magnitud. Como dicen: tranquila por fuera, inquieta por dentro.
antofagastinidad. Fabiola Rubio Aróstica, tecnólogo médico.