Las primarias tuvieron su fiesta
Una participación más allá de la esperada se registró ayer en el proceso para decidir a los candidatos presidenciales de Chile Vamos y un sector de la centroizquierda. Sin duda que el proceso fue el gran ganador y quienes resultaron electos tienen un piso importante para enfrentar las presidenciales de noviembre próximo.
Se esperaba una menor participación, pero las cifras al cierre de esta edición indicaban que fue cerca del 20% del electorado regional que concurrió a sufragar. No es una cantidad para festejar, pero es el doble de lo que pronosticaban algunos expertos y analistas políticos, fundados en el comportamiento decreciente que se registraban en los comicios anteriores.
Sin duda que existió un positivo cambio y los locales de votación lucieron filas, como en tiempos pretéritos o como lo acontecido en el plebiscito de entrada de la nueva constitución, donde cerca del 50% de los votantes cumplió con su deber cívico.
Hubo aires de fiesta, de civilidad y eso entrega una nueva mirada en lo referente a la participación ciudadana en los procesos electorales.
El nuevo paso a paso, la flexibilidad en las restricciones y el alto porcentaje de vacunados entregó mayor tranquilidad para asistir a los locales de votación y expresar su voluntad en las urnas. Es decir, que el entusiasmo por ser parte de las elecciones de la política y de los procesos electorales sigue presente en la comunidad en un sentido transversal. Sí, porque los antes criticados jóvenes hoy también dieron muestras de civilidad con su concurrencia a votar.
Sin duda que el proceso fue el gran ganador y quienes resultaron electos tienen un piso importante para enfrentar las presidenciales de noviembre próximo.
Pero otro gran ganador fue el candidato del Frente Amplio Gabriel Boric, quien pese a venir desde atrás en las encuestas, derrotó al candidato comunista, el alcalde Daniel Jadue. Fue un golpe a la cátedra y que le entrega un fuerte respaldo al joven frenteamplista.
Mientras que en la centroderecha Sebastián Sichel se alzó con un contundente triunfo. Un margen de diferencia impensado si se tomaba en cuenta que era el independiente en un bloque que se caracteriza por el voto duro de los militantes de partidos tradicionales.
Lo que viene ahora es esperar a noviembre para la gran elección presidencial. Ya hay dos potentes nombres instalados que gozarán de mayor tiempo de trabajo para lo la contienda final y a la espera de que harán los partidos de la antigua Nueva Mayoría e independientes que esperan sus opciones de participación.