Fumando escribo: las crónicas de Jenaro Prieto
"La melancolía de los contribuyentes" (La Pollera) es una nueva selección de crónicas del periodista Jenaro Prieto. La especialista a cargo de la edición, Claudia Darrigrandi, da algunas claves de lectura.
Jenaro Prieto (1889-1946), tan conocido por sus crónicas como por su novela "El socio", vuelve con una nueva compilación: "La melancolía de los contribuyentes: Crónicas de ciudadanos y oficinas" (La Pollera). Son sus trabajos periodísticos en el Diario Ilustrado, en el cual colaboró por décadas en la primera mitad del siglo XX. Allí desplegó su ojo sobre la idiosincrasia chilena, a la que retrató con humor y genialidad. Suyas también son varias ilustraciones de la época y también algunas obras de teatro.
La edición estuvo a cargo de Claudia Darrigrandi, académica e investigadora en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez y especialista en crónica latinoamericana y en la obra de Prieto. Acá ella entrega algunas claves sobre el libro.
-¿Qué es un dandi? ¿Por qué Jenaro Prieto era uno de ellos?
-Por una parte quieren distinguirse, ser diferentes y molestar, pero al mismo tiempo llamar la atención de su comunidad. Prieto, dentro de su actuar político como columnista, hostiga, reacciona frente a las cosas que están pasando. Es un pesado, está en desacuerdo con todo, en ese sentido es un dandi.
-¿Qué significaba fumar pipa para el cronista?
-La barba y la pipa de Jenaro Prieto son muy representativas, son un sello propio. Los periodistas eran hombres públicos. Los periódicos eran espacio de debate, en el diario impreso y en la misma sala de redacción. El Diario Ilustrado era un espacio de sociabilidad, tenía comedores, casinos y bibliotecas. Iban a comer los políticos con los periodistas. El mismo Prieto fue diputado del Partido Conservador. Fumar pipa era para diferenciarse de los otros periodistas, se presentaba como un intelectual, que está fumando y está pensando. "Fumar es un suicidio permitido", escribe.
-Prieto escribió mucho tiempo en el Diario ilustrado.
-Era protegido de los directores. Calzaba con la línea del diario, conservador y católico. Es el diario del partido al que pertenece, el medio social al que se vincula. Por otro lado, en su crónica está muy presente lo literario, el humor, la sátira. Jenaro Prieto estaba muy informado también del mundo político. Pero también de lo que pasaba en la ciudad, los cronistas urbanos escriben de lo que tú yo podemos ver.
-¿Qué hace que sigamos leyendo a Jenaro Prieto?
-Por un lado es irónico, hace reír, es muy gracioso, pero casi políticamente incorrecto, también. Lo seguimos leyendo más allá de los temas. Por otro lado, hay ciertas temáticas que siguen vigentes. Prieto escribe de la viruela y nosotros -ahora- podemos pensar y comparar en lo que pasa con el COVID y este carnet de los vacunados. Por último, es un documento muy rico de una época en desaparición, cuando aparece la clase media.
-El cronista amaba la oficina. ¿Cómo imaginas que se llevaría con el teletrabajo?
-Pésimo. Era un conservador. Ciertos cambios no le caían bien, como en los temas de género, como el divorcio. Pensando en las masculinidades tradicionales, era el hombre proveedor. Dudo que habría aprendido a ocupar Zoom. Habría escrito desde su casa con mucha frustración. Lo habría llevado mal.
"El Socio", la novela más famosa de Jenaro Prieto, se ha adaptado seis veces al cine.
"La melancolía
de los contribuyentes"
Jenaro Prieto
La Pollera
206 páginas
$ 12 mil
Por Cristobal Gaete
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