Secciones

  • Portada
  • Actualidad
  • Actualidad general
  • Opinión
  • Clasificados
  • Servicios
  • Deportes
  • Espectáculos
  • Contraportada

Expulsión de migrantes

Las imágenes de la nueva expulsión de migrantes y las circunstancias en que se dieron, deben ser analizadas críticamente. No se puede obviar que fue nuestro Gobierno el que dio a entender que estos migrantes serían acogidos.
E-mail Compartir

Lo vivido el domingo 25 de abril con la expulsión de migrantes desde el aeropuerto de Iquique, debe llamar a una reflexión de forma y fondo. Las imágenes nuevamente de migrantes vestidos con overoles blancos, y además esta vez con chalecos reflectantes, conducidos en hilera hasta los aviones, fueron como sacadas de la más cruda novela distópica. Fueron 55 migrantes los expulsados. La gran mayoría de ellos -40- por haber ingresado al país por pasos no habilitados. La minoría -15- por haber cometido delitos en Chile, por lo que se les cambió la medida de prisión por la de expulsión. Suena a que había que rellenar el avión a toda costa.

Muchos migrantes que también tenían "boleto" en ese vuelo "antihumanitario" se salvaron gracias a que abogados presentaron recursos de amparo.

La situación fue sorpresiva, sobre todo tomando en cuenta que la nueva ley de migración da un plazo a los extranjeros que se encuentran irregulares en el país para que inicien los trámites de regularización.

No se trata de apoyar la irregularidad y el paso clandestino, sino de poner las cosas en un contexto. No se puede obviar la grave situación económica y política de Venezuela, como tampoco se puede obviar que fue nuestro Gobierno el que dio a entender que serían acogidos. En marzo de 2018 el Presidente Sebastián Piñera dijo en una entrevista en Deutsche Welle, "vamos a seguir recibiendo venezolanos en Chile, porque tenemos un deber de solidaridad y yo nunca olvido que cuando Chile perdió su democracia, Venezuela fue muy generosa con chilenos que buscaban nuevas oportunidades".

Los venezolanos que llegan a Chile son refugiados que necesitan de protección y acogida. No merecen que se les saque desde sus casas en medio de la noche en medio de operativos policiales, o que se les "atrape" cuando van a autodenunciarse para intentar regularizarse y que se les vista como si se trataran de peligros biológicos, antes de expulsarlos.

Nos hemos indignado por el mal trato a migrantes en Europa, donde mueren en el mar, sin ayuda, intentando llegar a la costa; o por los niños apresados en el sur de Estados Unidos. Las imágenes que dio Chile con ese desfile de expulsión, también deben ser criticadas.

Medioambiente y Covid

"Desde el brote del COVID-19, la generación de desechos médicos ha aumentado a nivel mundial, lo que constituye una gran amenaza". Hugo Benítez Cáceres, Médico
E-mail Compartir

Directa o indirectamente, la pandemia está afectando la vida humana y duramente, afectando también el medio ambiente. La pandemia nos está recordando cómo hemos descuidado el entorno medio ambiental que finalmente incide en acelerado el cambio climático por el factor humano. Por otro lado, la respuesta global al COVID-19 nos está enseñando a trabajar juntos para combatir la amenaza a la humanidad.

La disrupción global causada por el COVID-19 ha traído varios efectos sobre el medio ambiente y el clima. Debido a la restricción de movimiento y una desaceleración significativa de las actividades sociales y económicas, la calidad del aire ha mejorado en muchas ciudades con una reducción de la contaminación del agua en diferentes partes del mundo. Por otro lado, el mayor uso por ejemplo de mascarillas, guantes de mano, su eliminación al azar y la generación de una gran cantidad de desechos hospitalarios tienen impactos negativos en el medio ambiente. Los impactos ambientales positivos y negativos de COVID-19 están presentes en Antofagasta.

Desde el brote del COVID-19, la generación de desechos médicos ha aumentado a nivel mundial, lo que constituye una gran amenaza para la salud pública y el medio ambiente. Para la recolección de muestras de los pacientes sospechosos de COVID-19, el diagnóstico, el tratamiento de una gran cantidad de pacientes, los hospitales producen muchos desechos infecciosos y biomédicos. Estos remanentes hospitalarios (agujas, jeringas, vendajes, mascarillas, guantes, delantales, pañuelos y medicamentos desechados, etc.) deben manejarse adecuadamente para reducir más infecciones y contaminación ambiental, que ahora es un motivo de preocupación a nivel mundial. Desde el brote de COVID-19, la producción y el uso a base de plástico ha aumentado en todo el mundo.

Aunque los impactos del COVID-19 al medio ambiente aparentemente son a corto plazo, un esfuerzo unido y orientado a tiempo puede fortalecer la sostenibilidad ambiental y salvar a la tierra de los efectos del cambio climático.

Por lo tanto, es hora de crear una estrategia adecuada a largo plazo, con una gestión ambiental sostenible. La pandemia de COVID-19 ha provocado una respuesta global y nos ha unido para derrotar el virus. Del mismo modo, para proteger el planeta, el hogar de los seres humanos, el esfuerzo conjunto de los países debe ser imperativo. Se pueden proponer algunas estrategias para la sostenibilidad ambiental global y local. Podemos hacer muchas inversiones inteligentes para evitar otro brote. Los gobiernos estatales y locales pueden apoyar el liderazgo de la salud pública y la ciencia, aportando más fondos para la necesaria investigación, para así contar con una respuesta temprana ante nuevos los brotes.

Para frenar el cambio climático, debemos reducir drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero, se puede aplicar la ciencia y la tecnología a los procesos dentro de las ciudades, optimizándolos, cambiar el tipo de movilidad. Así cuando el COVID-19 se alivie, y reactivemos nuestra economía, estemos mejor preparados, con una sociedad más sensible al cambio climático. Puesto que la prevención es, con mucho, el mejor enfoque para protegernos.

Evolución de la educación superior

"El término "figital" es un concepto que describe la combinación de experiencias físicas y digitales, que se complementan entre sí". José Antonio Álvarez de Toledo, Vicerrector Académico de AIEP
E-mail Compartir

Instituciones "figitales", en las que quien quiera aprender y formarse tenga múltiples opciones de estudio, más personalizadas gracias a las tecnologías y donde los apoyos financieros estatales no discriminen a nadie, es la educación del futuro. Recientemente participamos como AIEP en un webinar organizado por Vertebral-Oracle, donde la conclusión que se puede extraer es que esta década será una de revolución y renacimiento de la educación superior.

El término "figital" es un concepto que describe la combinación de experiencias físicas y digitales, que se complementan entre sí para ofrecer al consumidor un servicio único e integrado. Y en la educación ya se está acuñando hace un tiempo y suena con más fuerza en la coyuntura actual.

En mi opinión, la educación superior será mucho más flexible, digital, remota e híbrida, que combinará lo mejor de lo presencial y lo mejor de lo online a través de distintos formatos de programas de estudios, es decir, mediante combinación de jornadas, modalidades y programación lectiva. Existe una necesidad urgente de las Instituciones de Educación Superior (IES) de implementar la educación remota gracias a las tecnologías disponibles, logrando prestar el servicio educacional que de paso mitigará la deserción estudiantil. El panorama es claro. Hace diez años había 12 instituciones de educación superior (IES) que ofrecían programas en modalidad online (solo tres universidades) y en 2020 ya eran 26 (y diez universidades). Hace diez años había una matrícula online total de casi 6.100 estudiantes y en 2020 llegó a los 52.500. Hace diez años la matrícula online total representaba un 0,6% de la matrícula total de pregrado y en 2020 llegó a representar un 4,6%.

Las IES ya asumieron que el proceso formativo se puede potenciar gracias a la incorporación de las Tecnologías de la Información y Comunicación (TIC). Hoy se puede aprovechar mejor la tenencia de dispositivos tecnológicos por parte de los estudiantes y docentes, así como sus conocimientos y habilidades previas.

El mundo es cada vez más interconectado gracias a Internet. El trabajo remoto y en red ya es una realidad por lo que las IES no pueden desconocerlo y están obligadas a actualizarse y modernizar sus programas de estudio. No podemos ofrecerles la misma educación superior, que se ha mantenido casi intacta por más de 10 años, a los niños, jóvenes y adultos del futuro.