"Soñar sigue siendo el verbo clave"
ANTOFAGASTINIDAD. Benjamín Isidro Guzmán Toledo, profesor y escritor.
A sus 56 años, el profesor y escritor Benjamín Guzmán Toledo se considera un ejemplo de impenitente soñador, no obstante los duros golpes que ha afrontado en su vida.
"Nunca debemos cancelar nuestros sueños, ni dejar de darle un sentido profundo a nuestro acto más cotidiano, pues en todos ellos habita la búsqueda del amor… nuestra extrema sed antropológica" explica, citando al escrito Julio Cortázar.
¿Cuándo llegaste a Antofagasta?
- Si bien había venido cuando todavía estudiaba en la Universidad de Tarapacá (Arica) para participar en congresos literarios, me radico en la ciudad el año 1992, cansado de no poder lograr ingresos económicos formales en Arica, ya egresado de la carrera de pedagogía en Castellano y con un proyecto familiar concreto: matrimonio con dos hijos.
En este contexto, me recibió providencialmente quien considero "el más grande de los grandes" de los investigadores de nuestro extenso territorio nortino: Osvaldo Maya Cortés, notable académico de la ciudad, miembro desde 1997 de la Academia Chilena de la Lengua y pude disfrutar de su sabiduría y humildad, escuchándome, aconsejándome y conversando apasionadamente de libros hasta que oscurecía en el mítico Preuniversitario Recabarren.
¿Otros personajes relevantes de la ciudad que te han marcado?
- Muchos, pero quiero destacar especialmente a cuatro. Tres de ellos ya han partido y los extraño a cada instante. No obstante, son recuerdos alegres. Se trata de Sergio Gaytán Marambio, "el Negro"; Huberto Plaza Vargas, "el Beto", y Jaime Tapia Rojas, "Don Walo".
Sergio, jurado eterno de los concursos de cuentos de la UCN, fue un ensayista de fuste y miembro de la Academia Chilena de la Lengua desde el 2014. Sin ser un amigo íntimo, fue una de las primeras personas que acudió a visitarme a mi hogar cuando quedé en una silla de ruedas debido a un accidente cerebrovascular isquémico que sufrí en marzo del 2014.
Huberto, profesor de Castellano, fue coordinador Pedagógico del Colegio San Luis, con el cual tuve la suerte de aprender, compartir y soñar durante nuestra experiencia común en dicho establecimiento educativo. Jaime fue un destacado hombre de teatro y un acordeonista de excepción. Durante algún tiempo con Huberto y Jaime constituimos la triada La Primavera de Praga y también soñamos (despiertos) con muchas cosas que quedaron truncas en los meandros de la bohemia musical y literaria antofagastina.
La cuarta persona es una dama: la señora Patricia Bennett Ramírez, también profesora de Castellano y miembro de la Academia Chilena de la Lengua desde el año 2018.
Ella sin conocerme en profundidad, en su calidad de Vicerrectora Académica, tuvo la confianza de integrarme al equipo académico de la naciente carrera de Pedagogía en Lenguaje de la Universidad José Santos Ossa el año 2001 y a la entidad académica sucesora de ese proyecto (Universidad del Mar), hoy extinguida.
¿Qué aportes concretos puede considerar en su estadía en Antofagasta?
- Con mucha humildad, el haber integrado equipos que elaboraron proyectos educativos para nuestra ciudad. Sin duda alguna, he sido un afortunado. De ellos puedo citar el desarrollo curricular de los programas del área troncal de Literatura de la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación para la Universidad José Santos Ossa el año 2001. También haber sido consultor externo en el desarrollo de la malla curricular específica del área de literatura para la carrera de Pedagogía en Lenguaje y Comunicación de la UA el año 2005. Haber participado en la revisión del Proyecto Institucional de la UCN, el 2009. También estuve 14 años en el Colegio San Luis de Antofagasta (1997-2010) en la rectoría de Paul Mackenzie Tirado s.j.
¿Qué te gustaría que los demás supieran de ti?
- Me gustaría decirles que nunca dejen de soñar. Si bien estamos viviendo momentos muy difíciles y amargos de público conocimiento, no debemos perder las esperanzas. Debemos seguir incesantes en la búsqueda del amor. Reflexionar, meditar y proceder en consecuencia. Con mucha paz en el corazón. Recordar a quienes ya no están y aprender de su ejemplo. Hace un año y dos meses perdí a mi compañera de vida Cecilia Segovia Jorquera (Q. E. P. D.), también profesora de Lenguaje y Comunicación, quien se encontraba con nuestras dos nietas de vacaciones en Arica y falleció por un infarto fulminante al miocardio. Su ausencia es algo que recién estoy aprendiendo a sobrellevar. Su presencia física la he perdido. Pero cuando me vienen a ver mis hijos, en sus miradas, sus voces, sus manos, ella de algún modo continúa estando presente.
¿Cuál es el espacio de la región que más te gusta?
El mar, cuando el avión inicia el descenso hacia el aeropuerto Cerro Moreno. Cuando vivo esa experiencia agradezco por estar vivo. Doy gracias por continuar escribiendo e imaginando nuevas ficciones o nuevos ensayos (a fin de año publicaré mi octavo trabajo literario), aunque sean de modestas ediciones y bajos tirajes, pues puedo seguir contribuyendo con nuestra literatura. Soñar sigue siendo el verbo clave. Como dice Alonso Quijano/Don quijote en "El hombre /de la Mancha".