Uno de cada cinco ocupados en la región realiza un trabajo informal
EMPLEO. Según datos del INE, 59.250 personas se desempeña bajo condiciones laborales precarias.
En la región son casi 60 mil. La mayoría no tiene un sueldo fijo, ninguno contrato. Tampoco cotizan en la AFP ni en previsión de salud, no cuentan con seguro de cesantía, se encuentran por fuera de las normativas del derecho laboral y tienen dificultades para acceder a las ayudas del Estado.
Se trata de los trabajadores informales, una fuerza laboral compleja de identificar, ya que en general no están registradas en el Servicio de Impuestos Interno, sin embargo, se desempeñan en diversas actividades económicas, algunas clave.
Ejemplos de este tipo de trabajadores pueden ser un vendedor ambulante, el dueño de un almacén sin registro en el SII, o un prestador de servicios sin boleta, como un gásfíter, choferes de colectivo, repartidores, asesoras del hogar, pescadores, trabajadores de la cultura y las artes, entre otros, quienes en medio de la pandemia vieron aún más precarizadas su situación laboral.
Según datos de la Encuesta Nacional de Empleo (Trimestre móvil diciembre 2020 - febrero 2021), elaborada por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE), del total de personas ocupadas en la región (296.250), un 20,5% son trabajadores informales, es decir, 59.250.
La emergencia sanitaria dio cuenta de la precariedad del trabajo informal y de lo sensible que es este tipo de empleo frente a las crisis económicas. Con la implementación de las restricciones sanitarias, quienes están en la informalidad sufrieron una baja considerable en sus ingresos ante la imposibilidad de realizar su actividad económica, ya que en su mayoría sobreviven de los recursos que logran generar día a día.
Dificultades
Nataly Vergara es una de las casi 60 mil trabajadores y trabajadoras informales de la región. Junto a su madre y hermana emprendieron en su hogar un negocio independiente dedicado a la venta de desayunos a domicilio y cócteles para todo tipo de celebraciones, el que se vio afectado por la pandemia.
"Para nosotras ha sido muy difícil trabajar por las cuarentenas. Muchas veces no podemos entregar pedidos porque no contamos con permisos, ya que no somos una pyme formalmente establecida. Sin embargo de alguna forma nos hemos arreglado para seguir funcionando", explicó la trabajadora.
Esta emprendedora además cuenta que por su condición laboral no califica para las ayudas estatales, esto debido a que esa misma informalidad no le permite comprobar sus ingresos. Un requisito clave para postular a los beneficios sociales o créditos bancarios que dispuso el Gobierno para ir en ayuda de los pymes formales.
"La única ayuda que he recibido es el 10% que es plata de uno. Con esos recursos pudimos invertir en nuestro negocio", detalló Nataly, quien tras acceder en dos oportunidades a sus ahorros previsionales está a punto de quedarse sin saldo, hipotecando así su jubilación.
"El tema de la AFP me tiene sin cuidado. Hasta ahora todo lo que he ganado trabajando lo he invertido y queremos seguir invirtiendo para no depender de la jubilación", comentó.
Clara Rivera es comerciante ambulante, actividad que ha desempeñado gran parte de su vida laboral. A sus 49 años el saldo de su fondo de previsión está en cero, ya que nunca cotizó de forma independiente.
"Cuando trabajas informal lo que menos te preocupa es pagar la AFP porque vivimos de lo que ganamos al día. Prefiero gastar esa plata en comprar comida o pagar los gastos de la casa que son cosas más urgentes", explicó la comerciante.
Precariedad laboral
Susana Chacón, académica de Ingeniería Comercial de la Universidad Santo Tomás, sede Antofagasta, advierte que la pandemia ha tenido un impacto importante en el trabajo informal, un sector que ya se encontraba en una situación de vulneración.
"Los trabajadores informales están en condiciones de baja estabilidad laboral, menores ingresos y sin acceso a seguridad social, lo que los hace altamente vulnerables a las fluctuaciones del ciclo económico. En particular, el shock del Covid-19 ha afectado negativamente a todo el sistema económico, lo que ha repercutido en los trabajadores con alta precariedad laboral", enfatizó la profesional.
La académica agrega que la dificultad para identificar y hacer seguimiento de los trabajadores que están excluidos del sistema de protección y seguridad social "dificulta que este tipo de trabajadores reciban oportunamente las ayudas entregadas por el gobierno para proteger a la población de la crisis".
Respecto a las medidas que debería impulsar el Estado para abordar el trabajo informal post pandemia, Chacón plantea que "en un contexto de reactivación económica postpandemia, algunas recomendaciones que se ha entregado están orientadas a facilitarle a los trabajadores el acceso a oportunidades de capacitación laboral, incentivar la formalización, y fomentar la inversión para generar más empleos formales que favorezcan el tránsito de los trabajadores informales a empleos de mejor calidad".
Recientemente, el INE reportó un total de 2.161.170 ocupados informales para el trimestre móvil dic 20 - feb 21 a nivel nacional. De este grupo, alrededor del 57,7% corresponde a ocupados informales hombres, y el 42,3% a mujeres.