El tercer retiro de fondos
Recurrir nuevamente a los ahorros de jubilación para solventar las urgencias del presente tendrá un tremendo impacto en el futuro de millones de personas. El FMI ha advertido que nuevos retiros en Chile hoy no se justifican, pues el estado cuenta con recursos para llegar a aquellos que lo requieren. Por supuesto, apoyar un retiro es más popular.
La Cámara de Diputados y Diputadas acaba de aprobar y despachar al Senado el proyecto que permite un tercer retiro desde las cuentas de ahorro previsional de los chilenos y chilenas, con la oposición del gobierno, que ya advirtió la posibilidad de acudir al TC para frenar la medida.
No se trata de la primera vez que se da esta discusión en el país. Recordemos que las AFP recibieron unas 17 millones de solicitudes de retiro en los dos primeros procesos, lo que dejó en el país a 3 millones de personas sin dinero para su jubilación, 89 mil de ellas en la nuestra región. Eso dicen los datos.
Se trata, de un asunto delicado, que amerita una reflexión profunda y un manejo lúcido y, sobre todo, desinteresado del tema. Y de eso en realidad poco hemos visto a lo largo de estos meses.
Nadie puede negar que recurrir a los fondos de pensiones es una pésima política, porque significa hipotecar el futuro de millones de chilenos, que no hoy, pero sí más adelante, recibirán pensiones bajísimas porque no tienen ahorros o estos resultan insuficientes para solventar un monto que les haga justicia.
Poco se ha entendido aquello. Existe en el debate una cara de la moneda que no se desea mostrar y es precisamente esa, la de las consecuencias a futuro para millones de personas.
Es innegable que los egresos ayudaron en un momento de emergencia, pero la pregunta hoy es si estamos en el mismo escenario de hace un año.
El FMI ha advertido que nuevos retiros en Chile hoy no se justifican, pues el Estado cuenta con recursos para llegar a aquellos que lo requieren.
Por supuesto, apoyar un retiro es más popular.
El 75% de los chilenos haría un nuevo egreso, indica una encuesta, pero en qué se usaría este dinero: el 39% para invertir, hacer mejoras en las casas o mantener algún emprendimiento. Otro 15% lo destinaría a pagar deudas, 20% a adquirir bienes, 12% para ahorro o consumo y 14% para alimentación.
Seguir debilitando el sistema de pensiones con nuevos egresos parece injustificado en muchos de esos casos, en otros no; pero con instituciones tan febles y desprestigiadas, y en momentos que el populismo campea, el debate no llega a esa altura.