Agresiones, insultos y excusas: la rutina de los fiscalizadores sanitarios
RESPONSABILIDAD. Los funcionarios de la Seremi de Salud y municipales deben resistir diariamente la mala reacción de los infractores.
Durante la jornada del lunes, 17 personas fueron detenidas en Tocopilla tras ser descubiertas en un casino clandestino que se ocultaba bajo la fachada de una casa habitación. Se encontraban sin mascarilla e ignorando las medidas de distanciamiento.
Anteriormente, en la madrugada del viernes día 2 de abril, una fiesta clandestina realizada en el centro de Antofagasta tuvo que ser interrumpida por Carabineros, con un saldo de nueve detenidos en el operativo. Entre ellos, se encontraba un candidato a concejal y una funcionaria municipal que se vio obligada a renunciar a su cargo como consecuencia del incidente.
Este par de eventos son solo parte del gran número de faltas a las normas sanitarias que se han registrado desde que comenzó la segunda ola del Covid-19 en la región. Pese a la elevada ocupación de camas UCI y la constante detección de casos activos, se ha transformado en costumbre ver a parte de la población incumplir medidas como el distanciamiento social o el toque de queda.
Entre los responsables que deben velar por el cumplimiento de las normas, se encuentran los fiscalizadores de entidades como la Seremi de Salud o la Municipalidad de Antofagasta. Si bien buena parte de la ciudadanía entiende su importancia en el contexto sanitario, algunos de los sancionados suelen reaccionar de mala manera a la hora de ser advertidos sobre su reprochable conducta.
"El comportamiento en general es correcto ante la fiscalización. No obstante, hemos vivido experiencias en las que los dueños de locales comerciales tienen una actitud hostil cuando se ven sorprendidos en algunas transgresiones. Suben de tono la voz, usan garabatos y esgrimen el argumento de por qué ellos y no otros que también están incumpliendo", describió el jefe de Acción Sanitaria de la Seremi de Salud, Manuel Herrera.
"Las personas denunciadas se quejan de que se vulnera su derecho a reunión y a entretención. Yo entiendo que vivimos un período complejo de pandemia y estancamiento económico, entonces cuando uno los controla, sienten que los estamos privando de lo único que les queda", complementó el director de Inspección de la Municipalidad de Antofagasta, Ramón Valverde.
En el caso de la última entidad, su marco de acción se hace particularmente limitado ya que solo pueden acudir a los llamados que denuncian ruidos molestos. En caso de que esos casos se den en fiestas clandestinas, deben ser acompañados por Carabineros para que cada grupo de funcionarios fiscalice los delitos atribuidos a su potestad.
"El municipio es una entidad colaboradora. Mucha gente cree que el municipio tiene la obligatoriedad de solucionar los problemas, pero bajo un Estado de Excepción Constitucional, la seguridad pública está bajo el cargo de las Fuerzas Armadas. Nosotros efectuamos un trabajo interrelacionado con el gobierno que va hacia la cooperación", señaló Valverde.
Reforzamiento
Pese a la predominancia de las fiestas clandestinas en las últimas semanas, estas no son las únicas incidencias de incumplimiento que han ocurrido en la región. Han existido otro tipo de reuniones que pese a su prohibición por el riesgo de contagio, se organizan de igual manera.
"Además de las fiestas, lo más complejo son las celebraciones familiares como los cumpleaños y los bautizos, instancias en que los abrazos, saludos y el contacto físico en general resultan altamente peligrosos no sólo para las personas adultas o disminuidas en sus defensas, sino también en la población joven", detalló Herrera.
Ante la creciente denuncia de este tipo de hechos, tanto la Seremi como la Municipalidad han aplicado reforzamientos en sus funciones, con el fin de poder disminuir la ocurrencia de fiestas o incumplimientos, también considerando el alto número de casos activos en la región y la creciente agresividad en quienes son sorprendidos.
"Hemos realizado un trabajo de capacitación en nuestros equipos, de modo que puedan manejar lo mejor posible los estados de ansiedad y agresividad que muestran los usuarios, a fin de calmarlos y hacerles entender la importancia de las acciones de fiscalización. Paralelamente hemos buscado aumentar la dotación de fiscalizadores", indicó Manuel Herrera sobre los trabajos realizados en la Seremi de Salud.