Pymes no esenciales: "Hoy estamos de brazos cruzados"
ECONOMÍA. Emprendedores aseguran que las medidas les han generado frustración y confusión, debido a los constantes cambios de criterios.
"Toda pyme es esencial si el emprendedor y trabajadores viven de ella". La frase la han popularizado en redes sociales, emprendedores afectados por las nuevas restricciones aplicadas al comercio desde esta semana para comunas en Fase 1 y 2, como en el caso de Antofagasta.
Cabe recordar que entre las medidas, se limita la compra a los llamados bienes esenciales (la medida se extenderá hasta el 15 de abril).
Y es que, para muchos, la venta de artículos ha sido la única fuente de ingresos desde el inicio de la pandemia. Así le sucede a la joven Camila Castillo. De profesión abogada, no ha podido ejercer en ese campo. "Yo soy abogada y la verdad por varios temas no he podido ejercer. Llegó la maternidad y por la falta de práctica, por no tener una red de contactos -porque no soy de Antofagasta- me costó encontrar un trabajo en lo mío, o incluso establecerme en una oficina. Fue ahí que comencé a pensar en un emprendimiento", contó la dueña de la tienda "Zetian".
A pesar de que Camila admite que "no es mi primer negocio, tuve algunos fallidos en el pasado", es el que ha marcado un antes y después como emprendedora.
Castillo señala que, "hoy sólo vivo de mi emprendimiento. Esto es parte de mí, inició como una tienda de ropa y con el tiempo se ha ido formando en una marca, un concepto y una comunidad. Zetian busca el empoderamiento femenino (…) el tema económico pesa".
La vendedora de ropa afirma que las nuevas medidas "me han generado rabia, pero también confusión. Un día se dice y explican algo y al otro día es otra cosa completamente distinta, entonces la verdad uno no tiene claridad entre lo que se puede y no se puede hacer".
Camila detalla que en su caso ha podido mantener la entrega de pedidos dentro de la capital regional. Lo que sí ha mermado, son los pedidos a otras zonas del país. "Tengo varios clientes de otras regiones y hago los pedidos por Starken. Hice consultas con otros emprendedores y al final tomé la opción de no arriesgarme a enviar nada. Muchos me comentaron que intentaron enviar y les terminaron abriendo los paquetes o incluso otros que terminaron con productos requisados, así que tuve que hablar con mis clientes, varios no estaban a favor de esperar. Esto claramente repercute en una baja en mis ventas".
Envíos pendientes
Quien también tiene esta dificultad es la dueña del negocio "Kovadoka". Dastchkova Córdova, periodista de profesión, inició esta pyme de aros en arcilla polimérica en el 2019, transformándose en un ingreso seguro desde el inicio de la emergencia sanitaria. "Trabajo como freelance y no tengo contrato fijo, tampoco sueldo", agregó.
La joven señala que "con esta medida del Gobierno, lo que me afecta es que no podré enviar a otras regiones. Ni tampoco puedo hacerlo acá dentro de Antofagasta. Me afecta el ingreso con el que cuento mensualmente. Además, vivo con mis padres de tercera edad. Es un dinero que ayuda".
Debido a las limitaciones para estos días, Córdova puntualizó que se quedó con pedidos pendientes que serían enviados a Santiago y apelará a la paciencia de cada uno de sus clientes. "Por mi parte seguiré agendando pedidos para más adelante y ya conversé con clientes que quedaron pendientes. Pero no puedo esperar otros 15 días más de restricción".
"Correr el riesgo"
María Adaros, de 55 años, trabajó por varios años limpiando oficinas de la ciudad, pero su empresa la desvinculó a mediados del año pasado. "Vivo con mi marido que gana un sueldo mínimo, mi madre y mis dos hijos aún menores, entonces la necesidad era grande y justamente una de mis conocidas me había incorporado al mundo de Natura, vi la opción y la tomé", cuenta.
La antofagastina relata que si bien "pensé que sería un ingreso extra, con el tiempo comenzaron a crecer los pedidos y también los clientes. Empecé mandando los catálogos por WhatsApp, ahí la gente los puede revisar, arman su carrito y al término se me envía un código. Ya con eso, me organizaba con mi marido para hacer deliverys dos días a la semana".
Hoy la preocupación es latente. "Intenté dejar sólo un día de pedidos, pero se me ha hecho difícil. Por ahora mis clientes me pueden esperar unos días, pero no si deciden extender la medida (…) Hoy estamos de brazos cruzados y uno necesita los ingresos, uno necesita correr riesgos porque la necesidad es grande, pero si nos pillan infringiendo también es un costo extra para nosotros".
María Catalina Aguilera, emprendió hace un año y medio con el diseño de agendas personalizadas y hoy realiza diversos tipos de productos desde calcomanías, hasta souvenirs para empresas y otras pymes.
La profesional en prevención de riesgos y madre de dos niños, cuenta que ha cancelado todos los envíos por temor a multas. "Uno se siente limitada, sabes que este es tu sustento, pero da miedo que pase algo y sea peor, ya sea que te nieguen los envíos o te multen si te sorprenden (…) Esto me afecta, es mi fuente laboral y estoy limitada".
Yanira Durán, dueña de la tienda de bolsos y bananos "Quiltra niña", asegura que "el desgaste psicológico es grande. Existe una presión por parte de uno, porque es nuestra fuente de ingreso. Está el temor latente a que el día de mañana pueda salir una nueva medida que limite aún más nuestra comercialización. En mi caso realmente se me ha hecho difícil, este es mi único sustento".