Restoranes sin terrazas evalúan cierres definitivos ante imposibilidad de atender
CRISIS. Afirman que el delivery no es viable. Negocios de Parque Brasil también viven duro momento. Comerciantes afirman que reducción de horario de atención será un nuevo duro golpe.
Julio Sepúlveda, dueño del restorán Costa Verde, recuerda que el 15 de marzo del año pasado le pidió a sus trabajadores que cerraran el local, en medio del inicio de la pandemia del Covid en Chile y los primeros casos de contagios en la región.
"Pensé que serían unos cuatro meses. Pero no creí que serían tantos", dice a un año de ese cierre. Ya lleva 12 meses sin abrir, debido a que no cuenta con terraza para poder atender público en Paso 2.
"Yo no tengo terraza. Solamente tenía funcionando el salón, pero funcionó en noviembre y parte de diciembre del año pasado (cuando Antofagasta estaba en la fase de Preparación)".
El caso de Costa Verde no es único. Hay varios locales que no han podido abrir a un año de iniciada la crisis por el coronavirus, por el hecho de no contar con una terraza apta para recibir clientes en el paso de Transición y así evitar aglomerar público en un lugar cerrado.
Otro restorán que tiene este problema es Amares. Su dueño, Pablo Godoy, afirma que "el martes cumplimos un año sin poder abrir a público por el tema de la terraza. No se han dado permisos como en Santiago para ocupar espacios públicos".
"Los que cuentan con terraza son muy pocos. Y mi terraza solo alcanza para unas dos mesas", dice Godoy.
En el caso de Costa Verde, Sepúlveda dice que se está dando plazo hasta mayo o junio para ver si puede seguir con su negocio. "Ya en octubre tendría que devolver el negocio, porque termina el contrato. El delivery no da para mantener el restorán".
En tanto, Godoy afirma que "más de tres meses sería inviable. Difícil pensar que si en ese plazo no abrimos, podríamos seguir manteniendo el restorán".
"Si no buscamos una solución pronta, nos costará mucho más poder abrir y otros van a desaparecer", concluye el dueño de Amares.
Cierre a las 20 horas
Pero lo anterior no es el único problema que aqueja a los restoranes. Esta semana se informó que el toque de queda se adelanta a las 22 horas y que a las 20 horas los restoranes ya deben estar con las cortinas abajo.
En el caso de Sergio Violic, dueño del restorán Mu, afirma que con la terraza ha podido funcionar, pero que tuvieron que modificar sus horarios para poder generar ingresos.
"Antiguamente vendíamos más en la noche que en el almuerzo", dice, y agrega que ahora se da en el sentido contrario.
El empresario gastronómico afirma que "íbamos bastante bien. Pero un cierre a las 20 horas te hace cerrar la cocina una hora antes. Y es muy poca la gente que vendría a comer a las 17 horas".
"A la mayoría de los restoranes que sí tenemos terraza, nos afecta con el 50% de las entradas. Nos quedamos solo con el almuerzo, y si no te va bien o no estás bien ubicado, la ganancia es súper poca. Esto va a terminar matando a varios", recalca.
Otros comercios
Pero los restoranes no son los únicos que están lamentando este año de crisis sanitaria y económica.
La presidenta de la Asociación Gremial Parque Brasil, Heidemarie Seifert, explica que en su sector hay distintos rubros que se han visto golpeados por esta situación, como librerías, salones de belleza, locales de vestuario, tiendas de decoración, entre otros.
"Ha pasado un año desde que tuvimos que cerrar abruptamente los locales por la pandemia. Y esto partió con el estallido social, cuando debíamos cerrar de un momento a otro porque empezaban los conflictos", afirma.
En su caso, Seifert es dueña de un salón de belleza y su pareja de una tienda de vestuario, "no son rubros que sean rentables con ese servicio (online)", afirma.
"A la fecha, el 30% de los negocios han sido cerrados sin tener una fecha de reapertura. Otros con cierre definitivo. La mayoría tenemos inmuebles arrendados. Claramente no da el aguante para sustentar un arriendo mensual, sueldos, proveedores, más todo lo que conlleva, como las patentes comerciales, impuestos, entre otros", dice.
"Realmente ha sido muy complejo. Las autoridades locales, con tantos cambios de cargos no nos han abierto las puertas para trabajar en conjunto y poder encontrar una posible solución. Es lamentable que los minoristas seamos los más perjudicados. Necesitamos apoyo concreto", enfatiza.
"Si no buscamos una solución pronta, nos costará mucho más poder abrir y otros van a desaparecer"
Pablo Godoy, dueño de Amares
"Esto partió con el estallido social, cuando debíamos cerrar de un momento a otro porque empezaban los conflictos"
Heidemarie Seifert, presidenta gremios Parque Brasil