Ollas comunes festejaron la Navidad para cientos de niños
SOLIDARIDAD. Comedores populares y agrupaciones voluntarias organizaron fiestas y entregaron regalos.
Gissela Martínez y su familia pasaron su primera Navidad viviendo en el nuevo campamento Altamira, un asentamiento que surgió este año luego que muchos hogares antofagastinos se vieran afectados económicamente por la crisis sanitaria, pues se quedaron sin su fuente laboral y, por consecuencia, sin ingresos para mantener sus viviendas.
Pese a lo adverso de estos meses para las cerca de 80 familias que componen esta comunidad, constituidas a través de un Comité Habitacional, igualmente se propusieron en conjunto con la agrupación Club de Lectura Rebelde, organizar una fiesta de Navidad para que ninguno de los casi 100 niños que allí residen se quedaran sin celebrar en esta fecha tan especial para ellos.
"Fue algo muy emocionante y bonito para los niños. Muchas de las familias pasamos nuestra primera Navidad viviendo en este campamento. Por lo mismo, quisimos hacerles algo especial por lo que nos fuimos organizando de a poco entre los vecinos, además del apoyo de agrupaciones que nos ayudaron desde que surgió el campamento", comentó Gissela, dirigente de Altamira.
La actividad contó con la presencia del Viejito Pascuero, quien entregó regalos a los niños de Altamira, además hubo bolsas de caramelos, completos, bebidas, bandejas de dulces, camas elásticas y juegos inflables.
Este tipo de celebraciones también se repitió en otros campamentos y ollas comunes, en donde cientos de niños y adultos tuvieron la oportunidad de recibir un regalo o una cena navideña.
En la olla común "Corazón del Golf" sus dirigentes ofrecieron una cena de Navidad para las cerca de 200 personas que acuden diariamente al comedor. Mientras que, para los hijos de estos mismos vecinos (unos 350 niños), organizaron una celebración que, incluso, incluyó un carro alegórico encabezado por el Viejo Pascuero.
"Gracias a mucho sacrificio y el apoyo de algunas personas logramos entregarle una linda fiesta de navidad a los niños. Nosotros vivimos en una población vulnerable, entonces, los niños están esperanzados en lo que uno pueda hacer por ellos. Y cualquier cosa que uno pueda entregarles, un engañito, ellos son felices", manifestó Alexander Araya, dirigente de la Junta de Vecinos de la Población el Golf.
El dirigente explica que la situación para muchas familias sigue siendo compleja, por lo que asegura, más que nunca resulta necesario continuar apoyando este tipo de iniciativas sociales.
"Nosotros llevamos casi ocho meses funcionando con la olla común. Hoy estamos viendo de dónde sacar recursos porque la situación económica de las personas no ha cambiado. En vez de mejorar ha empeorado. Vemos más gente sin empleo o en situación de calle y que la única ayuda que tienen en este momento son las ollas comunes", planteó Araya.
Voluntariado
La organización Corazones Solidarios, que hasta antes de la pandemia realizaba voluntariado con adultos mayores en abandono, y que ahora lo hace a través de una olla común en la población Miramar Central, levantó una campaña solidaria para realizar una fiesta navideña y la entrega de regalos a cerca de 100 niños.
"Iniciamos esta campaña porque muchos niños por su edad se quedaron fuera de los regalos de Navidad que entrega el municipio. Por eso, comenzamos a organizarnos ya que por la pandemia las familias no tienen dinero y todos sabemos lo importante que es para un niño recibir un regalo o una bolsa de dulces en Navidad", indicó Jacqueline Díaz, miembro del voluntariado Corazones Solidarios.
La ayuda de la agrupación también se extendió a las personas en situación de calle a través de cajas de alimentos y cenas navideñas. "En estos momentos tenemos a mucha gente viviendo en la calle, gente que si antes de la pandemia ya vivía una situación compleja, ahora es mucho peor. En ese sentido, nosotros quisimos ir en su ayuda con alimentos y 130 cenas navideñas", comentó Araya, quien además contó con el apoyo para esta iniciativa de la agrupación Resistencia Central.
Por último, en la olla común del campamento Nuevo Amanecer también entregaron regalos y una fiesta navideña a 53 niños, algunos de ellos pertenecientes a otros asentamientos.