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Antes de la oscuridad, en el lugar se pronunciaron oraciones y un baile con ramas de árboles e instrumentos musicales de viento, bajo un cielo que bendijo la Tierra con una copiosa llovizna y sólo se abrió ante la noche incipiente: "El gran mensaje que hoy nos entrega la naturaleza es que tenemos que observar, aprender y respetar lo que ella nos quiere transmitir. Hoy todos esperábamos un sol maravilloso para ver el eclipse, pero tenemos lluvia y, a través del agua, nos está entregando la vida", dijo Nahuelpan.
La naturaleza, agregó la dirigente, "nos está transmitiendo que no necesariamente lo que nosotros queremos es lo que necesitamos", palabras que remiten al modelo narrativo de El viaje del héroe, reversionado por cuentistas y cineastas desde la antigüedad, muchas veces de forma inconsciente.
"Los animales sienten que llegó la noche y se relajan. Así es la naturaleza. No sólo los mapuches sentimos paz, todos los seres de la Tierra", agregó Isolina Huenulao, habitante de una comunidad vecina.
En Gorbea, mientras tanto, un astrónomo logró la foto que parecía "imposible": en medio de lluvia y nubes, Patricio Rojo, científico de la Universidad de Chile e investigador del Centro de Astrofisica Cata, logró inmortalizar el eclipse desde el patio de la Escuela #5 de la ciudad.
La previa estelar de las Gemínidas
El eclipse total de Sol fue ayer al mediodía, pero la fiesta comenzó la noche antes, con la lluvia de las estrellas Gemínidas, un evento de movimiento y estelas de luz que, sumadas a la complejidad del cielo a causa de la lluvia, permitieron ver tonalidades más intensas que en otros años mientras los (técnicamente) meteoritos se abalanzaban sobre las aguas del Hemisferio Sur, con un momento cúlmine cerca de las 02.00 horas donde, según la Nasa, fue posible ver la caída de hasta 100 "estrellas fugaces" por hora.
150 mil personas llegaron a La Araucanía para presencia el eclipse de Sol, pese a las restricciones.