Reconocimiento del rol de la mujer en la conquista del Desierto
"Pese a todo, las cantineras cumplieron a cabalidad su función, incluso fuera de su periodo oficial. Aunque durante la Guerra del Pacífico fueron llamadas a retiro en 1881, esta se extendió hasta 1884, por lo que las valientes mujeres continuaron entregando servicios después de ese periodo, incluso, muriendo (Combate de la Concepción 9-10 julio 1882)". Ana Olivares Cepeda, Gestora Proyecto de ley "Día Conmemorativo a la Cantinera de la GDP"
Ya sea por acompañar a sus esposos, hijos, hermanos, por búsqueda de un bienestar personal, por tener espíritu de servicio o, simplemente, por amor a la Patria, es innegable que el rol de la mujer en la conquista del desierto tuvo un papel fundamental para lograr el objetivo militar y político que tenía trazado nuestro país durante su historia en los diferentes hechos bélicos en que se involucró.
La mujer del S. XIX estaba adscrita a un espacio privado, con labores hogareñas, de maternidad y crianza. Es por eso que parece inverosímil que muchas de estas féminas decidieran romper el estereotipo patriarcal y dejar esa "comodidad" y estabilidad para introducirse voluntariamente en un escenario que, a todas luces, no estaba hecho para ellas.
Inicialmente, las mujeres no estaban autorizadas para enrolarse en el Ejército, por eso debieron recurrir al "travestismo" y pasar como soldado varón para cumplir su cometido. De tanto insistir y de que la autoridad hiciera oídos a los argumentos de la oficialidad que se encontraba en campaña por el norte de nuestro país, informando que necesitaban a las mujeres para funciones de enfermería y logísticas varias, es que se autoriza a las "cantineras" ingresar a los regimientos. Esta autorización no estaba exenta de ciertos "requisitos" que debían cumplir nuestras féminas: entre 2 a 4 por unidad, de preferencia solteras y debían comprobar que tenían buenas costumbres y reconocida moralidad. Aun así, las manifestaciones en contra se fundamentaban en que admitirlas en sus líneas traería graves problemas de disciplina entre la soldadesca, que el rancho debía destinar más víveres para alimentarlas y que, frente a un inminente embarazo, no serían capaces de soportarlo en campaña.
Pese a todo, las cantineras cumplieron a cabalidad su función, incluso fuera de su periodo oficial. Aunque durante la Guerra del Pacífico fueron llamadas a retiro en 1881, esta se extendió hasta 1884, por lo que las valientes mujeres continuaron entregando servicios después de ese periodo, incluso, muriendo (Combate de la Concepción 9-10 julio 1882). Cambiaron la "cuchara de palo" por un fusil y se arrastraron entre las balas para surtir a sus compañeros de municiones, agua o licor, además de atender a los heridos fuera del lado patriota o beligerante. Si bien, algunas obtuvieron grado de ascenso, pensión mínima y uno que otro reconocimiento, prontamente fueron olvidadas, muriendo enfermas, en la indigencia y sepultadas casi anónimamente.
Estamos en pleno S. XXI, donde nuestro país ha creado un ministerio exclusivo para la mujer, hay derechos y deberes establecidos para ellas y los campos laborales en las FF.AA. y otros espacios exclusivos a los varones, ya se han abierto a recibirlas. Sin embargo ¿dónde están las grandes avenidas con sus nombres? ¿Dónde se erigen sus monumentos? ¿Se ha ampliado la museografía para visibilizarlas?
El Estado de Chile está al debe con quienes dieron todo por amor a su país y a sus seres queridos, de forma voluntaria y desinteresada. Sin embargo, es fácil reparar esta horrible "omisión" histórica: hoy se encuentra en el Senado de la República un proyecto de ley, de fácil tramitación, que reconoce la participación de la mujer cantinera y estipula su día conmemorativo para el 27 de noviembre, ya que en esta fecha fue la Batalla de Tarapacá donde fallece un gran número de chilenos, entre ellos, el comandante del 2do de Línea, Eleuterio Ramírez Molina. Pero no muere solo. Junto a él, estaban 2 cantineras, Leonor Solar y Rosa Ramírez. A pesar de que se les ordena abandonar el lugar y salvar sus vidas, estas cantineras no dejaron al herido abandonado y mueren quemadas en la misma choza.
En pleno enfrentamiento, también encuentran la muerte la cantinera María "la chica" y Dolores Rodríguez, del Zapadores, ve morir a su esposo y ella es herida en una pierna, pero no se detiene a llorar su viudez, toma la munición y fusil de su amado y ocupa su lugar en la línea de fuego. Al mismo tiempo, María Quiteria Ramírez es tomada prisionera y obligada a seguir marcha hacia Arica donde, en junio de 1880, recobra su libertad. Sin embargo, la cantinera Susana Montenegro no corre la misma suerte. Ella es torturada, masacrada, cortaron sus pechos y muere empalada bajo la bayoneta enemiga.
Aquel 27 de noviembre de 1879, nuestras valientes mujeres sufren solo en un par de horas, todas las dolencias y aberraciones que pudiesen experimentar los seres humanos durante una guerra y que se repitió durante los 5 años de enfrentamiento.
Ya es tiempo de reivindicar su rol y reconocer su heroísmo.
Hoy, no hacerlo, sería una aberrante discriminación histórica y de género.