Acusación constitucional
Hasta ahora no hemos sabido del Congreso por ninguna discusión relevante y de futuro, sino solo por iniciativas pobres y acentuar la división nacional... Qué triste. Es difícil no caer en cierto ánimo de pesimismo ante la tontería y pequeñez que han mostrado autoridades del gobierno y el Congreso. Los grandes causantes de la crisis política nacional, siguen en su propio mundo.
Ha concluido una nueva acusación constitucional, esta vez en contra del exministro del Interior, Víctor Pérez, quien se vio obligado a renunciar después de tener un severo revés en la Cámara de Diputados.
Una nueva acusación motivada por parlamentarios de oposición, acciones que parecen cada vez más recurrentes y que seguramente veremos en las próximas semanas y meses, en un país confundido, extremadamente politizado y dividido.
Tras poco más de doce horas de sesión el Senado determinó rechazar las tres acusaciones que pesaban sobre Pérez. Con esto se libró de quedar inhabilitado por los próximos cinco años de ejercer cargos públicos incluidos los de elección popular.
Así, y pese al amplio respaldo que tuvo en la Cámara, en donde la oposición se alineó tras el libelo que impulsó la Democracia Cristiana, éste no prosperó en la Cámara Alta, donde los senadores Jorge Pizarro, Francisco Huenchumilla y Felipe Harboe (DC y PPD) votaron en contra, mientras Carolina Goic, Jorge Soria y Guido Girardi se abstuvieron, entre otros.
Este tipo de acusaciones son una atribución de los congresistas, sin embargo queda la impresión que se está haciendo un abuso del mecanismo, más bien por una motivación política y de poder. Es esta otra de las expresiones de un país con escasa conducción, sin proyectos claros, lo que se amplifica por las torpezas del gobierno y la pequeñez de una centroizquierda que piensa que gana puntos con acciones de este tipo.
Ciertamente las graves violaciones a los Derechos Humanos deben ser investigadas y buscar responsables, ¿pero era el exministro Pérez -quien estuvo tres meses en el cargo- la persona para cargar los dardos?
Ciertamente el escenario de administración del poder es hoy complejo. Hoy se aprecia en varios congresistas un ánimo de cogobierno evidente ante la debilidad de un Ejecutivo sobrepasado, cuestión que no corresponde. Hasta ahora, seguimos entrampados en una maraña de absurdos, mientras los asuntos importantes no están en la discusión parlamentaria. ¿Cuándo tendrán tiempo para eso?