"Admiro el trabajo de Adriana Zuanic"
ANTOFAGASTINIDAD. Francisca Fonseca Arévalo, periodista y gestora de cine.
La cultura, y principalmente el cine, son los motores que impulsan a Francisca Fonseca Arévalo.
Esta periodista, nacida en Santiago en 1976, pero con infancia en Pedro de Valdivia, pasado en España y presente en Antofagasta, ha dedicado gran parte de su actividad profesional a generar espacios para la difusión de esta actividad.
Fonseca es fundadora y directora del Festival Internacional de Cine Antofacine (ex Antofadocs) y dirige Retornable Cineclub, una plataforma itinerante audiovisual dedicada a formación de audiencias y exhibición de filmes chilenos e internacionales en espacios al aire libre del norte de Chile.
Además, lidera hace 6 años el concurso internacional de cortometrajes de inclusión, Todos somos diferentes, visibilizando de forma positiva a personas en situación de discapacidad.
¿Cómo nace tu relación con el cine y la cultura?
- Cuando estaba terminando la carrera de Periodismo hice mi reportaje de título sobre cine chileno; a partir de ahí comenzó mi interés en el sector audiovisual. Me trasladé a España para seguir especializándome y allí comencé a trabajar en productoras, festivales y decidí especializarme en cine de no ficción en la Universitat Autónoma de Barcelona.
¿Cuáles son tus proyectos?
- Al regresar a Chile, después de 10 años, trabajé como productora general en el Festival de Cine que había en esa época. Ahí pensé que era necesario un festival especializado en no ficción y así fue como nació Antofadocs. Cuando llevábamos seis años, decidimos ampliar los formatos, agregando ficción a las competencias, pasando entonces a llamarse Antofacine. Con este proyecto llevamos 9 años y es el único de la Región de Antofagasta.
El año 2015 creamos el Concurso Internacional de Cortometrajes de Inclusión, Todos Somos Diferentes. Y pensando en la formación y mediación de públicos creamos Retornable Cineclub, una sala de cine donde programamos de forma continua filmes chilenos e internacionales, teniendo una cartelera anual.
¿Cuál el aporte que puede realizar la cultura en tiempos tan complejos como los actuales?
- Es fundamental resistir, no desaparecer. Las trabajadoras/es de la cultura nos hemos reinventado y sabemos que esta virtualidad, que llegó para quedarse, es necesaria para cuidar a nuestros públicos y contribuir a generar espacios para la reflexión, comunidad y crítica. Las Artes y las Culturas han sido fundamentales para muchas personas en estos tiempos complejos.
¿Cómo llegas a radicarte al norte?
- Mi familia se trasladó a la oficina salitrera Pedro de Valdivia, yo tenía 10 años. Para mí fue algo muy extraño habitar en un pueblo en medio del desierto. Mis recuerdos de infancia son muy bellos en ese lugar aparentemente tan inhóspito; ahí tenía mucho tiempo para leer e imaginar el mundo. Estudié en la Universidad Católica del Norte y cuando regresé a Chile, lo hice a Antofagasta, aunque mi familia ya no vive en esta región.
¿Qué sentimientos has desarrollado hacia el norte en estos años?
- El norte, desierto, Antofagasta son mi hogar. He vivido la mayoría de mi vida aquí y muchas de mis amistades habitan este lugar. He visto a lo largo de los años cómo la comunidad de Antofagasta disfruta cada vez más del arte y la cultura, están más motivados a encontrarnos y vivir experiencias, en nuestro caso, en torno al cine.
¿Cuál ha sido la mayor felicidad y la mayor tristeza de tu vida?
- Qué difícil... todos los días la vida me sorprende. Como dice Patricia Bennett, docente y escritora antofagastina, "si la pena fuese un animal, sería un cangrejo que se aloja en el centro del pecho haciendo la respiración más corta y los recuerdos más largos". Lo he sentido con la pérdida de familiares y amigos.
¿A quién o quiénes admiras?
- Admiro mucho el trabajo de Adriana Zuanic, directora antofagastina, quien creó el primer festival de cine de Antofagasta, que además de sus películas nos legó el rescate del patrimonio fílmico de nuestra ciudad y el ejemplo de su fuerza y perseverancia por el trabajo hecho desde una convicción.
¿Qué libro recomiendas leer, por qué?
- Recomiendo todo de Roberto Bolaño. Es un autor que conocí hace bastante tiempo y me fascinó tanto que gracias a él comencé a hacer un doctorado en filología hispanoamericana en Las Palmas de Gran Canaria, España. Investigué su obra y entorno, hasta que falleció el año 2003. No lo esperábamos, queríamos invitarlo a la Facultad, pero no fue posible. A los meses de su desaparición decidí venir a Chile para repensar el doctorado y en el asiento de al lado del vuelo Madrid - Santiago, venía Ignacio Echeverría, filólogo, editor y crítico literario español, su albacea y amigo. Venía a encontrarse con el gran Nicanor Parra, quien había accedido a que Ignacio, recomendado por Bolaño, fuera el editor de sus Obras completas & algo +. A ellos recomiendo leer, a poetas chilenas/os, como Elvira Hernández, Gladys González, Zurita, Teillier; de Antofagasta a Miguel Morales, ahora a Zuleta Vásquez, y tantas otras/os que están haciendo trabajos interesantes.