En la confianza está el peligro
Los indicadores sanitarios mejoran y la red respira más aliviada, pero la batalla no está ganada, el virus no se ha ido y eso debe comprenderse o pagarse caro. Tras cinco meses de una terrible pandemia, estamos en ese momento clave en que consolidamos lo que tanto costó alcanzar, o cometemos el error de sentirnos vencedores antes de tiempo.
Tras cinco meses de una pandemia terrible, que ha traído tristeza, sufrimiento, y privaciones de todo tipo a millones de familias, Chile ha comenzado a mostrar algunas señales consistentes de un mejoramiento en sus indicadores sanitarios.
La ocupación de camas críticas en el país ha disminuido, la cantidad de nuevos casos diarios ha bajado, la positividad también y se percibe que en general el país avanza -lentamente, por cierto- hacia un escenario mejor del que tuvimos en junio y julio, cuando el sistema de salud estuvo a punto de colapsar.
La región también ha tendido a una mejoría. Se descubren menos casos positivos en un mayor número de exámenes, la trazabilidad de los enfermos ha mejorado y la semana pasada se conoció que la red integrada de salud liberó más de 40 camas para sus usos anteriores debido a la menor demanda de pacientes críticos por covid.
Se trata de noticias alentadoras que vale la pena rescatar, pero que claramente no nos pueden llevar a un escenario de relajo o triunfalismo, como el que se ha visto en los últimos días en distintos puntos de Antofagasta, Calama y otras comunas de la región.
Centros urbanos llenos de personas, ferias libres donde se circula sin respeto a la distancia social e incluso sin mascarilla, largas filas en los supermercados y denuncias cada vez más frecuentes de fiestas y reuniones en departamentos y viviendas son precisamente parte de estas conductas que se deben evitar.
La lucha contra el virus no está ganada, ni en la región, ni en Chile, ni en el mundo, y bastará un pequeño tropiezo, un relajo, un actuar irresponsable para que el escenario nuevamente se oscurezca.
Tras cinco meses de una terrible pandemia, estamos -podríamos decir- en ese momento clave en que consolidamos lo que tanto costó alcanzar, o cometemos el error de sentirnos vencedores antes de tiempo.
Debe insistirse en que el virus no se ha ido, tampoco se ha inventado una vacuna o un tratamiento específico. Y si ahora se trasmite más lento sólo es gracias a las medidas que cada persona ha implementado. Chile no puede darse el lujo de tener que rehacer el camino recorrido. Por eso no nos confiemos.