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"Los animales nos enseñan la lealtad"

IDENTIDAD. Cecilia Astengo Montenegro, médico veterinario.
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Cecilia Astengo Montenegro fue la primera mujer que ejerció la medicina veterinaria en Antofagasta. Al principio, cuando recién había recibido su diploma, lo hizo en el garage de sus padres, actividad que acompañó con un trabajo de fin de semana en el Club Hípico. Varios años después logró fundar su primera clínica: Veterinaria del Norte, en Avenida Argentina, que luego se trasladó al sector Trocadero con el nombre de Veterinaria "Los Chañares".

Esta antofagastina egresada de la Universidad de Chile en 1979, tiene cuatro hijos (tres mujeres y un varón), y ama la playa, que visita cada vez que puede junto a su familia, y por supuesto, sus mascotas.

¿Por qué decidió estudiar medicina veterinaria?

- Decidí estudiar veterinaria porque siento un gran afecto por los animales, una sensibilidad especial, me conmueve su ingenuidad, su vulnerabilidad frente al ser humano.

¿Cómo era la vida universitaria en esos años tan agitados?

- Entré a la universidad en 1973, tiempos en que estaba absolutamente politizada la vida universitaria, tiempos difíciles, de muchos paros, peleas callejeras, huelgas. El primer semestre prácticamente fue muy poca la asistencia a clases. El segundo semestre ocurre el pronunciamiento militar. Con esto, cambia todo. La vida universitaria de esa época no era como la de ahora, con un toque de queda a las 6 de la tarde, restricciones de todo tipo de eventos universitarios o reuniones sociales. Eran tiempos donde los estudiantes nos dedicábamos solamente al estudio.

¿Cómo fueron sus inicios en esta profesión?

- Fueron tiempos de crisis, no había trabajo, no teníamos muchas alternativas como existen ahora, esto fue en 1979. Casi la única opción que había para los médicos veterinarios en esa época era entrar a alguna institución pública y hacer carrera ahí, lo cual no era nada fácil si no tenías los contactos adecuados. Por lo que la opción fue trabajar como independiente.

Comencé poniendo un aviso en el Mercurio de Antofagasta en la sección "profesionales", como médico veterinario. Así de a poco fui atendiendo animales domésticos, perros y gatos en la casa de mis papás. En ese tiempo no habían veterinarios que se dedicaban a clínica menor, los pocos que había se desempeñaban en instituciones públicas como el SAG, Servicio de Salud, Ejército.

Al correr el tiempo obtuve algunas horas de ayudantía en la Universidad de Chile en el grupo de Fisiología. Posteriormente me contrataron para hacer control de caballos de carrera en el Club Hípico de Antofagasta los días domingos, cuando se hacían las carreras, lo que dio lugar a mi experiencia con equinos.

¿Qué nos pueden enseñar los animales?

- Los animales nos enseñan a diario. Su principal enseñanza es la lealtad y su entrega incondicional, su compañía, amor inmensurable. Es cosa de observarlos para aprender de ellos, siguen las leyes de la naturaleza sin contradecirlas, algo que los humanos no respetamos.

Mucha gente ve en las mascotas no solo animales de compañía, sino verdaderos integrantes de la familia, ¿qué opina usted?

- Desde el minuto que una persona decide adoptar un animalito, éste indudablemente pasa a ser un integrante de la familia, y como tal se le debe alimentar, dar cobijo, cariño, educación y salud; es un compromiso que se adquiere para toda la vida del animal. Sin embargo, siento que no es adecuado pasar a un extremo de fanatismo.

¿Qué recuerdos guarda de su infancia?

- Viví mi niñez en la Villa Florida, tengo recuerdos muy buenos, rodeada de amigos y experiencias. Recuerdo llegar del colegio (San José) a jugar con ellos a la pillá, a la escondida, paco ladrón, alto, tirarme en bicicleta desde la Avenida Argentina a la Avenida Brasil, pasar el verano en el Balneario. Tengo recuerdos llenos de alegría.

¿Cuál es la virtud humana que más nos ayudaría a ser mejores personas?

- Siento que a nosotros los seres humanos nos falta humildad, empatía, creo que somos muy individualistas, nos falta sentido social. Sin embargo también nos hace falta mirar para el lado para darnos cuenta de todo lo que tenemos, que muchas veces no somos capaces de valorar.

¿Qué lecciones saca de lo que está pasando en el mundo con esta pandemia?

- Todo esto ha sido un detente que nos ha hecho reaccionar y mirar hacia atrás el mundo agitado en el que estábamos viviendo. El consumo desmesurado; con esto nos hemos dado cuenta que podemos vivir con poco. Nos ha ayudado también a valorar lo que tenemos, el lugar donde vivimos, el clima que tenemos, poder mirar el mar todos los días, compartir y disfrutar con nuestra familia y mascotas como nunca lo habíamos hecho.

¿Cuál es su lugar favorito?

- Lejos y sin lugar a dudas el Balneario de Antofagasta es mi lugar favorito de la región y del mundo. Guardo gratas experiencias en esta maravillosa playa. Juntarme con mis amigos a nadar y luego tomar desayuno juntos y compartir. Tanto ellos como yo disfrutamos del mar, de la amistad y ese precioso lugar de la nuestra ciudad.